tag:blogger.com,1999:blog-54072517604966214862024-02-20T21:38:34.350+01:00El vuelo del AlcaravánReflexiones de un ave condenada a caminarPablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.comBlogger66125tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-36715048822021744112013-02-15T00:18:00.001+01:002013-02-15T00:18:29.197+01:00Vuelta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-ZiPaudEu2EfYKyCLGKYRqSXX6_XgP4Djajrdxtk6tl4m5CPTksJgadWFOOopZ9mVOtocayGavuedJWofleRztCWvU_9VABCO-4Q0DStsiiInkyIqjd9di-F46aCG2LKDnspmQU_aFlU/s1600/Brad-Pitt-Faces-Interview-Mag-Burbujas-De-Deseo-013.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-ZiPaudEu2EfYKyCLGKYRqSXX6_XgP4Djajrdxtk6tl4m5CPTksJgadWFOOopZ9mVOtocayGavuedJWofleRztCWvU_9VABCO-4Q0DStsiiInkyIqjd9di-F46aCG2LKDnspmQU_aFlU/s400/Brad-Pitt-Faces-Interview-Mag-Burbujas-De-Deseo-013.jpg" width="300" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
Hoy vuelvo a tener
la necesidad de tumbarme en la cama con los pies en la almohada,
colocar el ordenador al borde y “pinchar” música que sé que me
podrá llevar a esa añorada bahía llamada Inspiración, esperada y
anhelada durante un bloqueo que ha durado ya demasiado tiempo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
Hoy vuelvo a tener
la necesidad de acostarme en ropa interior y con una camiseta blanca;
un gesto que me recuerda algo, pero que no llego a recordar
exactamente porqué me gusta tanto, ni porqué se me antoja tan
sumamente erótico.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
La bolsa de la
puerta ha sido retirada hace una semana, pero todavía puedo
imaginarla colgada de la manilla, llena de un poco de todo, cosas que
valen y otras que debería retirar de mi vida, como aquellas
compañías que debería alejar y que tan seductoras me parecen.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
Manías, eso es lo
que son. Nos completan formando un entresijo de personalidad de la
que tanto nos gusta alardear, pero de cuyo mérito carecemos. Es
causalidad. El ambiente y los genes, eternos amantes que se odian y
aman en la misma medida que nosotros mismos hacemos con nuestra alma.
Es duro admitirlo pero no somos más que productos, y nuestros
productos, actos y aprendizajes de los que fardamos, no son más que
menas consecuencias del golpe de las fichas de dominó que nos
preceden. No somos tan diferentes de las hormigas, tan sólo que
tenemos el defecto de ser conscientes de nosotros mismos; un error de
la evolución, supongo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
Por más que
luchemos por abandonar comportamientos y pensamientos pueriles, estos
parecen arraigarse a nuestra base de personalidad como un drago
milenario que ha crecido en una tierra fértil y ajena a la acción
humana. Puedes sepultar la mierda bajo la alfombra, pero cuando te
olvides de ella y con la guardia baja vayas a separarla para
modificar la disposición de los muebles de la estancia, allí
estará, lo que escondiste para que ni tú mismo pudieses ver. Y
volverá en los sueños a perturbarte el fantasma de navidades
pasadas, aquel terrorífico ser que Dickens nunca se atrevió a
representar en su obra, pero que es real como la mierda bajo la
alfombra. Te vuelve a vigilar desde una esquina de la habitación,
mientras tu respiración se acelera acorde con tu corazón, te quedas
helado, paralizado, inmóvil bajo las sábanas luchando por cerrar
los ojos y tratando de llegar a olvidar hasta tu propio nombre,
porque él ya ha infectado hasta esa parte tan personal de ti.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
Y te despiertas
con la única certeza de la que cabe esperar: que el fantasma siempre
va a estar ahí y que tus manías se remontan a él. Tus miedos te
han traído hasta este punto en una sucesión de causa-efecto,
irremediable desde la primera ficha de dominó que se tumbó por obra
de un cobarde que no supo amarte por no salirse de la norma.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
Temblando, pequeño
débil, te hallas a ti mismo volviendo a murmurar aquellas palabras
que supusieron tu mayor maldición.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.49cm;">
<br /></div>
Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-70153546860076849192012-11-26T23:54:00.000+01:002012-11-26T23:54:49.918+01:00Si tan sólo<br />
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
Esta entrada fue inspirada por la siguiente canción:</div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
<br />
</div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
<a href="http://www.youtube.com/watch?v=b98F_qJ0BXA" target="_blank">"If only I" de Jon McLughlin</a></div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIxVu9nxXe2bzpJVQTIgKAihzoImThv7VQgPbFTCuIMaW4YF_lNLtZefMQm4B0yG7iMmclFEHOaIkPC2lw06ZoPESDQq5EkNtMC_x29-mGcKl-SrnX-A-CkclqzF7P-qwa8Eos6j34QvU/s1600/tumblr_m87lnwMTQL1qiqy8mo1_500.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIxVu9nxXe2bzpJVQTIgKAihzoImThv7VQgPbFTCuIMaW4YF_lNLtZefMQm4B0yG7iMmclFEHOaIkPC2lw06ZoPESDQq5EkNtMC_x29-mGcKl-SrnX-A-CkclqzF7P-qwa8Eos6j34QvU/s400/tumblr_m87lnwMTQL1qiqy8mo1_500.png" width="266" /></a>
No recuerdo el nombre de aquel viejo café en el que me encontraba;
quizá pueda ser porque haber sabido el nombre de ese chico hubiese
bastado, y al no hacerlo no encontraba necesario fijarme en ese tipo
de nimiedades. Contrariamente a lo que se pueda pensar, no tomaba un
café aquella mañana del mes de noviembre. Me había rendido a la
boca ambarina de una botella de cerveza. Con su beso frío en los
labios todavía, vi aparecer su rostro por la puerta a mi izquierda.
Deseé que se hubiese quedado atrancada, que el frío de afuera
hubiese creado escarcha en la cerradura y los cuatro gatos que
adentro nos hallábamos nos hubiéramos quedado encerrados; aquello
tan sólo para que mi cuerpo no hubiese perdido el equilibrio, físico
y mental, y la fuerza de gravedad que lo mantenía anclado al
taburete alto frente a la barra. Pues en cuanto mis ojos le enviaron
la reciente imagen a mi cerebro, y éste la registró, su cara
revolucionó mis conexiones neuronales e hizo de mi cabeza un
huracán, que duró milésimas de segundo y dejó como daños
irreparables que mi corazón me estuviera produciendo una taquicardia
y que yo ya no volviera a ser yo; en mi cabeza había otra persona
más, y le pertenecía a él.</div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
Una orquesta comenzó a tocar en mi mente, liderada por el sonido de
la cuerda y una flauta. El piano vino después, pero no tan presente
como los anteriores. En <i>crescendo </i><span style="font-style: normal;">la
melodía desbarataba toda mi integridad. El punto álgido de aquella
oda a la alegría llegó cuando se sentó frente a la misma barra que
yo, a un taburete de mí y me miró. Para entonces los tambores
golpeaban mi pecho, los violines y contrabajos zumbaban con crueldad
en mis oídos, el piano era aporreado con dureza en mis manos y las
trompetas, ¡oh, las trompetas!, eran como dioses que gritaban en mi
cabeza diciéndome: «Salúdalo, salúdalo». Pero sus ojos de nuevo
inhibieron todo tipo de reacción rápida y mi única respuesta fue
un movimiento de cabeza que se quedó en un asentimiento burdo,
triste, penoso, vergonzoso...</span></div>
<div align="LEFT" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
Y en ese momento pensé para mí, para aquellos dioses
misericordiosos y para los músicos de la orquesta: «Si tan sólo
pudiera...»</div>
<div align="LEFT" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
Es curioso cómo las personas reaccionamos ante situaciones que tanto
hemos anhelado. Nos pasamos la vida soñando, inventando escenarios y
creyéndonos historias que vemos o leemos, pero cuando llega nuestro
momento de ser los protagonistas y dar una paso de fe, entonces nos
quedamos bloqueados en el taburete de frente a cualquier barra,
diurna o nocturna. Y nos lamentaremos por ello mucho tiempo después,
llegando incluso a creernos esa milonga que reza: «si es que no era
para mí». El caso es que somos unos cobardes, digan lo que digan.
Si yo no supe reaccionar es porque me pudo la situación, porque era
un evento inesperado que creó en mí una crisis que todavía me
tiene escribiendo día tras día sobre el dolor que me dejó.</div>
<div align="LEFT" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
Y ahora él es una parte de mí, tan sólo porque ha generado un
cambio en mi cabeza, una reestructuración cerebral a nivel neuronal
que me ha cambiado para siempre y que no me deja escapar a su
recuerdo. Soy todo suyo. Sin ninguna otra meta que morir en su pecho,
rodeado por sus brazos y con la música de la orquesta
envolviéndonos. Frente con frente. Con mis dedos en su largo pelo
ondulado. Deseoso de no recibir más besos fríos de la botella, sino
beber de él hasta morir de extenuación.</div>
<div align="LEFT" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
Si tan sólo pudiera haberlo saludado decentemente. Si tan sólo
pudiera haberle sacado conversación, preguntado su nombre o
acercarme tal vez. Si no hubiese sido tan imbécil y no me hubiese
hundido más y más en mi asiento, apurado la cerveza y levantado
para irme. Si esto no hubiese sido más que una parte más de mi
volátil imaginación. Tal vez, si cabe, ahora estuviese describiendo
su cuerpo dormido en mi cama, mientras que todo esto nunca habría
sido escrito y lo que estuvieseis leyendo ahora sería un posible.
«si no lo hubiese hecho...». </div>
<div align="LEFT" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-77958772146631757642012-11-17T20:44:00.002+01:002012-11-17T20:44:28.907+01:007+9=A<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZKNuLSBeSD3hQeEdd-9lnG08stEGHue2h6bYsjeyixuxmupsxrQ9xcM0sL_S4178IwHStlLF5E2ZfxWIFfX1p866zgJYMCthiTlhJzmCglff9zRr2g_Ag8nZDyiZwUWh_ZEz8xp2Gq3U/s1600/normal_mrhedlunddotcom_wonderland003.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZKNuLSBeSD3hQeEdd-9lnG08stEGHue2h6bYsjeyixuxmupsxrQ9xcM0sL_S4178IwHStlLF5E2ZfxWIFfX1p866zgJYMCthiTlhJzmCglff9zRr2g_Ag8nZDyiZwUWh_ZEz8xp2Gq3U/s400/normal_mrhedlunddotcom_wonderland003.jpg" width="282" /></a></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Destruyeron mi
mundo, los cimientos se volvieron de papel y las lágrimas lo
humedecieron, obligándolo a ceder bajo el peso de mis problemas. Un
demonio intentó aprovecharse de mi vulnerabilidad, volviendo a
penetrar en mi vida tras años de separación después de episodios
de peleas. Pero se quedó en un burdo intento, al menos de momento.
Reconozco que mi debilidad a veces me lleva a tomar decisiones que
creo acertadas y luego me rajan el corazón. Pero tengo un ángel que
me susurra al oído cuando la algarabía de mi cerebro se calla. Y
lo que me dice es que no, ese camino no. Algo mejor está por venir.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Ese ángel se
transforma en morfina dentro de mí; que relaja mi inquietud y apaga
mi dolor. La actitud de defensiva que mantengo se torna en la
sonrisa que una vez perteneció a un niño. Hay mucho espacio entre
él y yo, pero sólo físico. No hay vidas ni horas que calculen el
tiempo que llevamos separados, pero aquí adentro, en mi pecho,
todavía hay un corazón diminuto a ojos de Dios que sigue sintiendo
algo cuando me imagino en sus brazos. Y no siento vergüenza alguna
al reconocer que creo en esa fantasía. Sin palabras ni actos, él me
ha ganado con la mera idea de imaginarlo.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
¿Qué mal le
puede hacer a uno pensar que se merece algo mejor, algo que una vez
conoció y que no recuerda bien donde? ¿Cuál es el problema de plantear esa ecuación que desconoces la conclusión a la que te va a llevar? Si el fin de mi vida es resolver incógnitas, ésta no va a ser menos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-77679090957476279162012-10-11T02:53:00.000+02:002012-10-11T02:53:09.833+02:00¿Qué he perdido?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOCmo1k8FBvYgNhht3MQEOyLwoRCRwfdv2N8WvMghBENyotbTsaZJVKSwewwXXFlkmJ-mXlADzzd5Y1L4HFC5S8tpmxzz66hnJs38Gvf9xCVtjdwII1qT9V2K2UQJwMjerWkZ7xfn9Yk4/s1600/AJ+Siever+01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOCmo1k8FBvYgNhht3MQEOyLwoRCRwfdv2N8WvMghBENyotbTsaZJVKSwewwXXFlkmJ-mXlADzzd5Y1L4HFC5S8tpmxzz66hnJs38Gvf9xCVtjdwII1qT9V2K2UQJwMjerWkZ7xfn9Yk4/s640/AJ+Siever+01.jpg" width="425" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: left; text-indent: 0px;">
<br /></div>
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.51cm;">
Lo que he vuelto a
perder es la ilusión. Una fina línea cruza mi cara en el lugar que
le fue robado a una sonrisa. Me creí que la furia espantaba a los
enemigos, pero lo que hace en realidad es dejarme solo sin compañía
y envuelto en una vorágine de sueño y vigilia en la que ya no
distingo la separación entre mi mundo y mi mente. No tengo
motivación para levantarme de la cama y enfrentarme al exterior. Mi
vida se ha limitado a una continua sensación de derrota y decepción,
y ya no me quedan lágrimas en los ojos para arrastrarla. Mis sueños
se inundan por la ola que surge del mar y envuelve mis anhelos; soy
incapaz de subir a la superficie cuando la marea me cubre y tan solo
puedo quedarme en el fondo, rodeado de libros y mesas vacías.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.51cm;">
Una profesora mía
nos dijo esta misma tarde que “el hombre es más fuerte cuanto más
sensible es a la realidad”, que no debemos reprimir las lágrimas.
Yo no he parado de hacerlo últimamente, reprimir, y me ha dejado
exhausto. Se ha acabado el sueño de verano y se ha acabado el tener
sobre mi cabeza el cielo despejado. Se acerca tormenta y ya ha
nublado mi alma en su totalidad. No quiero perderme, cegado por el
resplandor falso de mis sueños. Quiero tener la capacidad de dejarme
llevar y aprender a cuidar de mí mismo. Quiero soñar con una vida
abstracta y dejar a un lado los prejuicios. Pero me veo incapaz de
detener la ola que asolará por completo mi vida.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.51cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.51cm;">
<br /></div>
Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-77094867443203891492012-09-19T01:41:00.003+02:002012-09-19T01:41:29.330+02:00La otra punta del universo.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPxNd2CtIkcYbp9_gafX1duWZpKbOySydGl4O9svs6XtlOy94qkzATg_a-2B-ynY9OriHZS_NkEgsi9xnlbqaaddDS9cvKGKSCehzaL6A8x-EVfTy8DAs34GddHRNBIMm-FZTOjnR2_ac/s1600/tumblr_ljmgpe7MWm1qccdm6o1_500.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPxNd2CtIkcYbp9_gafX1duWZpKbOySydGl4O9svs6XtlOy94qkzATg_a-2B-ynY9OriHZS_NkEgsi9xnlbqaaddDS9cvKGKSCehzaL6A8x-EVfTy8DAs34GddHRNBIMm-FZTOjnR2_ac/s1600/tumblr_ljmgpe7MWm1qccdm6o1_500.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Ya no quedaban
esperanzas que le sirviesen de punto de apoyo. No había libros en
las estanterías, dispuestos por orden de preferencia, que sirviesen
para acallar el deseo de explorar nuevos mundos. No le quedaba un
sólo lugar en el mundo al que pudiera otorgarle la etiqueta de
“hogar” ni una familia a la que volver a ver reunida en Navidad.
Ni siquiera le quedaban las palabras, pues había comenzado a
escribir su vida en tercera persona, desconectándose por completo de
ella. Ya no le pertenecía de todas formas. Le pertenecía al Tiempo,
la caprichosa fuerza que una vez le había prometido que con el
<i>tiempo</i> superaría la pérdida; aquella que había decidido
detener el <i>tiempo</i><span style="font-style: normal;"> para
postergar lo máximo posible la llegada de un día mejor. Y él ya no
tenía fuerzas para continuar esperando en aquella cajonera en la que
se había convertido su habitación. Veía que su destino, su
felicidad y su amor estaban a años luz de él, y sin embargo su vida
se había dado un </span><i>tiempo</i><span style="font-style: normal;">
y había decidido viajar a velocidad de turismo.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Por extraño que
parezca, “años luz” es una medida de distancia, no de tiempo.
Eso lo tenía muy claro, pues referirse a kilómetros para hablar de
la separación entre ellos sería un error de cálculo básico. Para
él era mucho más factible imaginarse que podría encontrarse en el
otro extremo del universo, que pensar que aquella noche podrían
estar contemplando la misma luna menguante, como habían hecho muchas
otras veces paseando por la playa. Si algo le parecía tan
inalcanzable como su felicidad, ese era el punto opuesto al sistema
solar en el universo. Por mucho que el hombre construyese jamás
naves muy potentes, probablemente nunca alcanzaría a llegar a tal
punto.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Sentado en el
tejado de la casa, contemplaba la clara noche. Había subido allí a
través de la claraboya en el techo del baño y con cuidado de no
resbalarse, avanzando a cuatro patas, se había ido a sentar en la
lima. Conocía los peligros que suponía aquella práctica, pero le
gustaba subir allí a pensar; es más, hasta lo llegaba a necesitar.
Varias veces se había imaginado con él allí sentado, abrazados. Lo
abrazaría por la espalda mientras le enseñaba “las tres marías”,
Venus, quizás Marte según la época del año... Pero nunca había
sucedido tal cosa más que en su cabeza.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
No sabría a quién
culpar. Es más, consideraba que la culpa carecía de importancia
cuando ya todo estaba perdido. ¿Qué más le daba si no iba a estar
de nuevo junto a él? Ya nada podría llevarle junto al único hombre
que había amado realmente, por el único por el que hubiese dado el
alma y por cuyo recuerdo cada día moría un poquito más rápido de
lo que lo hace cualquier otro.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
De otra persona
podría decirse que nunca había apreciado lo que tenía hasta que lo
perdió, pero no de él. Siempre había estado convencido de sus
sentimientos y probablemente eso era lo que más doloroso hacía
todo. Cuando uno pierde la única certeza que posee, lo que queda,
por enorme que sea, se vuelve insignificante. Es entonces cuando la
idea del suicidio comienza a danzar provocadora delante de uno. ¿Qué
hace a un hombre rechazarla? La respuesta es sencilla: la esperanza,
o la suma de todas las acumuladas en los años de vida. Pero cuando
ya fallan demasiados pilares, cualquier estructura se derrumba.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Pensar en el
suicidio se le antojaba tentador, aunque raras veces. No supondría
ningún alivio morir, pues qué diferencia habría entre la muerte
real y aquella que ya experimentaba. Lo único que le devolvería de
nuevo las ganas de vivir, la esperanza y la vida, sería volver a
hacerlo reír... Algo ya tan imposible como alcanzar la otra punta
del universo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-23387839394706432582012-08-23T20:49:00.000+02:002012-08-23T20:52:31.165+02:00Mi gemelo de la noche<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihHjnT6HYtoB4S28MxOFZPgE_imzQgkhEzLuAVatnX9PJvsvGDJJoJ_zq5vENRb1CsQfMeVoHzolSoBgUQrc4Zmju03m3rxruIx1ZJ4KUFx5l47h0pXrFzj4N4PsP5v-0olStKmNLk_h4/s1600/IMG_0591.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihHjnT6HYtoB4S28MxOFZPgE_imzQgkhEzLuAVatnX9PJvsvGDJJoJ_zq5vENRb1CsQfMeVoHzolSoBgUQrc4Zmju03m3rxruIx1ZJ4KUFx5l47h0pXrFzj4N4PsP5v-0olStKmNLk_h4/s400/IMG_0591.JPG" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
Siempre recuerdo
los sueños, y sueño muy a menudo; a veces tengo varios en la misma
noche y soy capaz de recordarlos a la mañana siguiente. Pero cuando
sueño en mi casa, donde vivo sólo con mi padre después del
divorcio, en el pueblo, hay noches en los que me asaltan estos sueños
sin sentido y aterradores que me dejan angustiado para el resto del
día. No sé si será que estoy preocupado por algo, pero sólo los
tengo aquí. Y todos tienen un denominador común: “la presencia”.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
Mi casa tiene dos
pisos, con las habitaciones principales arriba y una de invitados
abajo. Mi padre lleva durmiendo en la de invitados ya dos años. Yo
sigo durmiendo arriba. Sólo en toda la planta. Recuerdo cómo de
pequeño tenía miedo a subir sólo, y si lo hacía era corriendo y cantando para no escuchar nada que no quisiera.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
Durante el sueño
estaba en el estudio, una habitación en el segundo piso, cercana a
mi dormitorio, habilitada para mis libros, el ordenador, la amplia
colección de música y películas y una montaña de ropa junto a una
tabla de planchar. La puerta queda de espaldas a uno cuando se sienta
en el escritorio, y eso hacía yo en el sueño. Algo que sucede mucho
en mis pesadillas (las voy a empezar a denominar así porque al fin y
al cabo son lo que son) es que las luces se apagan y que soy incapaz
de encenderlas. Pero esta vez tuvo una variante: la luz comenzó a
titilar y a descender en intensidad poco a poco. Mientras esto
ocurría, yo me puse de pie y me encaré a la puerta. Frente a ésta
hay otra puerta, una que siempre está permanentemente cerrada y que
da a una estancia sin arreglar y que se utiliza para meter sin ton ni
son todo aquello que no queramos tirar, pero que tampoco queramos por
el medio; es decir, un trastero. Esa puerta seguía cerrada, pero
durante el tiempo que duró el “apagado” de las luces comencé a
sentir una presencia y la angustia me engulló. No era de ésa que te
hace hiperventilar y ponerte nervioso. No. Yo mantenía la compostura
como siempre que tengo el mismo tipo de sueño, pero el frío se
apoderaba de mí, el corazón se me disparaba y el vello se me
erizaba como cuando pasas por la piel un hielo. Suena como a película
de terror, pero juro que es tal como lo estoy describiendo. Y en ese
momento en el que comencé a sentir que había alguien más en la
casa, entonces, no quedaba ya ninguna luz que me iluminara.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
En el sueño
pareció bastante el tiempo el que eché a oscuras, intentando
percibir algún movimiento en la oscuridad, luchando con mis sentidos
por ver, oír o tocar algo que no debiera estar ahí... o alguien.
Entonces reparaba en que mi móvil estaba en mi bolsillo y lo cogía.
Pero la luz duraba tan sólo un segundo, como si no quisiera
encenderse. Resplandecía y luego se volvía a apagar. Pero me armé
de valor (o el miedo me embargó y huir era la reacción más lógica)
y corrí hacia las escaleras con el móvil en la mano y pulsando el
botón de encendido continuamente para que haces cortos de luz
iluminaran mi descenso. No miré atrás. Por las escaleras intenté
gritar, pero no me salía más que un hilo de voz rota.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
Entonces cuando
llegué al salón, que es a donde dan las escaleras, había luz. Y no
sólo eso, sino que allí me esperaba mi salvador: un joven alto,
moreno y vestido con una camiseta negra (y creo que un pantalón
negro también). A su alrededor había una especie de halo de
oscuridad que me atraía, pues a pesar de lo que se pueda pensar, yo
tenía la certeza de que él era bueno. Corrió hacia mí y yo no
hacía más que jadear y señalar las escaleras. Cuando estuvo a mi
lado me agarró la mano y entonces reparé en su rostro. Y esto es lo
más raro que he soñado nunca, porque jamás me había ocurrido: era
yo mismo. Era como verme en un espejo que perfeccionase mis rasgos,
pues su pelo era más negro y sus ojos brillaban como el ónice
pulido, su piel pálida parecía de mármol y sus músculos tensaban
la camiseta. Mi otro yo, mi “gemelo de la noche”, susurró
palabras de consuelo y me agarró de la mano. Él era como mi
<i>dopplegänger.</i></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
<i>A</i>mbos
volvimos arriba, él liderándome y protegiéndome.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
Cuando llegamos no
había nadie. Las luces estaban tenues, pero al menos había luz. Al
poco subieron mi abuela y mi madre, que llevan sin pisar esta casa
dos años. Ambas también vestían ropajes oscuros. Todos nos
reunimos en el pasillo, entre la puerta cerrada y la otra abierta.
Nadie parecía extrañarse de que hubiera dos gemelos allí, ni
siquiera yo. La presencia se había ido, pero el frío perduraba...</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
Me desperté con
la misma sensación. Estaba tumbado de lado y escuchaba atentamente a
todo lo que me rodeaba, por si había alguien más en la habitación
(pues no sería la primera vez que me despierto con esa sensación).
El corazón se me iba a salir del pecho y las imágenes del sueño
continuaban aún en mi retina, aunque nunca hubieran pasado por ésta,
aferradas como si no quisiera despertarme, como si todo mi ser
quisiera volver a sentirse seguro en las manos de aquel yo que no era
yo. Tardé al menos un par de minutos en encender la luz muy rápido.
Miré a todos lados y, evidentemente, estaba solo. Pero el sueño
había hecho mella en mí. No podía dejar de pensar en la presencia,
y mucho menos en mi “gemelo de la noche”.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
Cuando miré el
reloj, no habían pasado ni dos horas desde que me había acostado.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.22cm;">
<br /></div>
Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-77386892556723109442012-08-15T20:43:00.003+02:002012-08-15T20:43:44.427+02:00El primer vuelo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEPwA9MZVHNmzvmqXVyneT_nW72YtZhVysh4hLXIM_g3typTTcCirZGPi47G7sY_g-wiGsKnZ_Xr7Rfn45xoCOlOyXCDfc_fHhA562i91NCjREI4SwhOvCJOrqsfmo99EEmg14pdUlL74/s1600/2814227767_7c5909e300_z.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEPwA9MZVHNmzvmqXVyneT_nW72YtZhVysh4hLXIM_g3typTTcCirZGPi47G7sY_g-wiGsKnZ_Xr7Rfn45xoCOlOyXCDfc_fHhA562i91NCjREI4SwhOvCJOrqsfmo99EEmg14pdUlL74/s400/2814227767_7c5909e300_z.jpg" width="300" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Era muy pequeño
cuando comencé a echarlo de menos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Soy incapaz de
encuadrar el momento en una línea temporal concreta; ni siquiera
sabría decir exactamente qué edad tendría por entonces. Digamos
que era poco más alto que el paraguas de mi abuela y tan ligero que
trepar por la baranda de la fachada de su casa me era muy sencillo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Los sábados mis
padres y yo teníamos por rutina ir a comer a casa de mi abuela
paterna. No era por obligación a hacer una visita, pues vivían, y
aún lo hacen, en la casa de al lado a la mía. Era más bien una
monotonía. Yo solía saltar el muro que separa ambas casas e ir para
comer antes. Mis padres lo hacían luego, cuando llegaban de
trabajar. Recuerdo que aquel mediodía desde el mar se levantaban
unas nubes grises que teñirían esta parte de Galicia de su habitual
color de invierno.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Como siempre
después de comer yo, llegaron mis padres y todos se reunieron a la
mesa para comer. Yo no. Salí al exterior y comencé mis juegos
conmigo mismo y mi mundo imaginario. Otra vez soy incapaz de
recordar, pero supongo que el juego iría sobre algo de brujos, magia
y mundos encantados. Me encantaba soñar que en el mundo existía la
magia. Solía entrar y volver a salir por la puerta de la gran casa,
o en su defecto hacerlo por una ventana que hubiese quedado abierta,
y fingir que al hacerlo viajaba a un mundo paralelo en el que todo
ser mágico existía. Un mundo con magia me parecía más seguro. Me
sentía a salvo con un poder mágico en mis manos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
La tormenta se
acercó y el viento comenzó a arreciar. Un viento loco que me
alborotaba el por entonces largo pelo. Corría de un lado de la finca
a otro simulando que algún ser malvado había mandado aquella
tormenta para derrotarme. Fui directo al pequeño muro que separa la
finca de un pequeño bosque que hay detrás de ambas casas y me
aferré a la red verde que mi abuelo había puesto sobre éste,
tensada por unas barras de hierro (de tal forma que aunque me colgara
de ella no cedía). El viento del mar que venía por mi derecha me
empujaba con fuerza hacia atrás y yo tenía que agarrar con fuerza
la red para no caerme.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Dejo claro ya que
mi memoria es pésima; aunque en mi favor alegaré que era muy
pequeño para recordar los detalles. Pues bien, lo importante es que
recuerdo que me puse a hablar con el viento, pidiéndole que me diera
la capacidad para volar y hacerlo lejos de allí. Mi deseo era viajar
a un mundo lejano en el que el sufrimiento se curase con un rayo de
magia que sale de la palma de la mano.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Abría los brazos
y me mantenía en equilibrio como podía. Cerraba los ojos y sentía
el viento envolverme. Pasaba por debajo de mis brazos y soñaba que
eran alas. Podía sentir cómo de haberlas tenido éste podría mover
las plumas. Incluso llegué a agitarlos como si fuese a emprender el
vuelo en cualquier momento. De haber sido así habría gritado de
alegría, me habría dejado llevar por las corrientes, incluso
aprovechar alguna para ascender y ponerme a una altura adecuada para
que todo el pueblo pudiese ver al niño que había conseguido que el
viento le regalase unas alas y le permitiese volar muy lejos de allí,
hacia un mundo con magia.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Supliqué y recé,
pero no a Dios directamente, sino a su aliento, a su viento. La única
voz que me devolvió fue la mía propia. La única respuesta, la
protesta de los árboles al ser zarandeados con tanta virulencia. No
había manera de llegar a ningún lugar más allá del sol, como yo
deseaba. Incluso llegué a coger el paraguas de mi abuela, que
descansaba apoyado contra el muro, abrirlo y soñar que como Mary
Poppins sería capaz de volar. Pero tampoco. Lo único que conseguía
era caerme una y otra vez del muro, arrastrado por el paraguas
abierto.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Y entonces fue
cuando lo eché de menos. Volar. Ansiaba volar, ser un pájaro que se
ve arrastrado por la tormenta hacia un mundo de color. Nombres como
Nunca Jamás, El País de las Maravillas u Oz me pasaban entonces por
la cabeza. Ahora sé que cualquiera que contuviese un poco de magia
me sería suficiente. Pues en este mundo en el que me veía encerrado
pedía un milagro a gritos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Años después el
viento me vuelve a recordar aquel día. Pero esta vez no es como las
anteriores. Esta vez me hago llamar Alcaraván Sin Alas. Esta vez
escribo metáforas y símiles sobre mi vida y el volar. Entonces por
mi cabeza cruza un pensamiento: que nada ocurre por casualidad. Ese
día fue el primero de muchos otros en los que añoraría lo que una
vez había tenido y que me habían arrebatado: alas y magia. Y me veo
postrado en este cuerpo desconocido, sin ninguna de las dos cosas y
obligado a moverme con mis propios pies y a enfrentarme a dos males
de los que todo ser humano escapa: dolor y sufrimiento.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
Pero me sitúo
delante del espejo y me digo: “no lo estoy haciendo nada mal”.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.44cm;">
<br /></div>
Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-42785818661661672272012-07-12T13:11:00.000+02:002012-07-12T13:11:12.304+02:00Hola, Mundo.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsA5A3nAm34JCRbNTvRcZAYeQU1D3sKvH6kDrBUpeFaZILP1rCHtm0FGalBp_KGMqiUz-2QU3Q8QA0osKW3cqYLbXKyz0vhgRDp1wcqDgWdX4KiBkKzj6PFPrl7MtE06LNUHZTc4jjcJ4/s1600/creando_el_mundo-1280x800.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsA5A3nAm34JCRbNTvRcZAYeQU1D3sKvH6kDrBUpeFaZILP1rCHtm0FGalBp_KGMqiUz-2QU3Q8QA0osKW3cqYLbXKyz0vhgRDp1wcqDgWdX4KiBkKzj6PFPrl7MtE06LNUHZTc4jjcJ4/s640/creando_el_mundo-1280x800.jpg" width="640" /></a></div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
Miro por la ventana y puedo
apreciar tu acuarela pintada con delicadeza en ese cielo que
continuamente nos observa y nos protege de la oscuridad más arriba.
Los astros son cada uno de los ojos que empleas día y noche para
vigilar que tus hijos estén bien, que cada uno de nosotros nos
encontramos en el lugar en el que debemos estar. Los ruidos aquí
abajo somos nosotros, demostrándote que continuamos con vida a pesar
de las inclemencias de las que hemos sido víctimas durante tantos
años, muchas de ellas obra de nuestras propias manos. Y a pesar de
todo, el ciclo vital continúa, y tú sigues aquí, en cada uno de
nosotros gritando: «bien, sigo consiguiendo manteneros con vida».</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
Pero no son los daños que
entre todos te hacemos los que ahora me preocupan, sino los errores
que yo he cometido al caminar por tu piel. Reconozco al fin que he
pecado de un comportamiento muy pueril, creyéndome que todo lo
podía, que todo lo que opinaba era lo mejor, que yo era perfecto
como me había hecho el vivir en tu cuerpo... Me avergüenzo de solo
reconocerlo. No me voy a escusar, sólo a reconocer mis pecados,
aquéllos que más me corroen por dentro en esta tarde bajo tus
cielos y envuelto por tu aire que me arranca sudor de la piel. En mi
camino has puesto personas que yo he sabido expulsar con destreza. Me
he convertido en un experto en quedarme solo, ahora lo comprendo. Por
fin entiendo porqué duermo sólo amparado por ti, sin un brazo que
se extienda bajo mi cabeza a modo de almohada, u otro oxígeno
respirado en mis labios que no sea el que tú nos aportas a todos, o
mismo una voz que me despierte con dulzura, no siendo tus pájaros
molestando en mi ventana. He mirado hacia atrás y he recorrido con
la mirada todos los pasos dados los últimos años, y sí, han sido
muchos de ellos erráticos. Ese es mi mayor defecto y la condena que
padezco es harto merecida.</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
Te pido perdón, Mundo, por
haberme otorgado tantas oportunidades para ser feliz y no haber
sabido apreciarlas, por haber pecado de egocentrismo y no haber visto
que en el corazón del resto de tus hijos también hay dolor y pesar.
Con los dedos cálidos de tu hermano Sol rozándome la pierna
mientras escribo esto siento que el frío de mi actitud se desvanece,
que comienzo a ser consciente de lo que he estado haciendo todo este
tiempo, de cuan ciego he estado y no he podido ver que habrían
sacrificado mucho por estar a mi lado; a ellos les pido perdón, a
mis amigos y familia les doy las gracias por seguir ahí a pesar de
que a veces mi carácter ha sido insoportable. Todavía le busco
sentido a mi actitud, supongo que los problemas en casa han sido
siempre muy notables, a pesar de que los reprimiese. No es una
escusa, pero al menos no me hace sentirme tan mal.</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-69907547887530538282012-06-07T19:27:00.000+02:002012-06-07T19:27:51.593+02:00Kriptonita<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjH5OIIGPlQBiL71hwDl9xNaoq0sY2DO2FrxKvJT1t3dqile38bZaYbjz8HxgefHb559Pdw3rBYqqp5LfOF9bRszbDRL4m_z9LOprvkIem7oR0jHywODoCDaT0xA1XZAIRCxmbWxwdmFM/s1600/tumblr_m2ylj9FYAb1rp86oeo1_500.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjH5OIIGPlQBiL71hwDl9xNaoq0sY2DO2FrxKvJT1t3dqile38bZaYbjz8HxgefHb559Pdw3rBYqqp5LfOF9bRszbDRL4m_z9LOprvkIem7oR0jHywODoCDaT0xA1XZAIRCxmbWxwdmFM/s400/tumblr_m2ylj9FYAb1rp86oeo1_500.jpg" width="350" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
La mera
conversación sobre la película había derivado en las
especulaciones sobre cómo sería la vida si poseyésemos
características o poderes especiales. Él no dejaba de decir que
desearía tener una piel más dura para que nada la pudiese
atravesar; supongo que era debido a su irrefrenable pavor hacia las
agujas, pero yo no dije nada y me limité a poner a prueba cada idea
que proponía.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-Pero incluso lo
resistente se puede romper -le dije-. Un vaso no lo puedes romper con
una sola mano, pero si lo tiras o lo golpeas se rompe.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Hizo una rotación
con los ojos y abrió la boca, irritado.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-No me refiero a
algo tan rígido... aunque una aguja no puede atravesar el cristal de
un vaso.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Ahí estaba la
confirmación de mi teoría, a lo que añadió:</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-Lo que quiero
decir es que la piel de un rinoceronte estaría bien. A ver quién se
atrevería a plantarse frente a mí.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Yo reí, más por
mi ocurrencia, que estaba a punto de compartir con él, que por su
comentario.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-¿El cuerno
también iría incluido?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Me golpeó con el
puño cerrado en un hombro, empujándome con éste hacia atrás y
tumbándome de medio lado en el sofá cama que su madre nos había
preparado para esa noche. Aquella tarde había acudido a su casa para
hacer un trabajo con él, pues se había hecho daño en una rodilla
jugando al fútbol y le habían tenido que clavar una aguja en ésta
para quitarle líquido sinovial, que se había derramado y hecho
hinchar media pierna. Me había comentado que poco se había enterado
del dolor de la hinchazón exagerada que había sufrido, pero que el
pinchazo estaba ya en el puesto número uno de sus experiencias más
dolorosas. A pesar de todo, la pierna ya tenía un aspecto bastante
normal bajo la venda. La tarde de invierno había tocado fin pronto y
la noche se nos había echado encima a eso de las seis, obligándonos
a encender las luces. La pereza y el cansancio hacia el trabajo
también vino con la oscuridad, así que nos pusimos a hablar hasta
la hora de cenar. Luego una cosa llevó a la otra: su madre nos trajo
la cena, él me propuso ver una película y dormir allí, y yo no
tuve más remedio (o sí, pero no quise) que llamar a mi madre y
esperar a que me diera permiso para quedarme.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-Hasta a un
rinoceronte pueden abatir las balas -puntualicé.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-Bueno, pues
entonces lo que mejor me convendría, para dejar los cuernos de lado
-dicho ésto me miró incipientemente-, sería la piel de Superman, a
la que ni las balas pueden atravesar.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Para eso no tenía
contestación. Hablando de pieles, la de Superman era el máximo
exponente de la resistencia. Como él bien había dicho nada la podía
atravesar, no siendo la kriptonita, algo de lo que yo sabía muy
bien. Al fin y al cabo, todo el mundo tenemos debilidades, incluso
los casi-dioses.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-Pues ya
poniéndonos en extremos de fantasía y magia, yo preferiría tener
la habilidad de viajar en el tiempo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Ahora fue él el
que se mofó de mi idea.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-¿Y para qué
querrías tú viajar en el tiempo? Si la vida es mucho más
interesante así tal y como es, con el tiempo viajando en una sola
dirección.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Mi mente comenzó a
fantasear sobre aquella idea y la realidad pareció quedarse en un
plano paralelo. Tan sólo estaba él, mi punto de gravedad en este
mundo. El planeta alrededor del cual mi vida orbitaba.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
-Para decirte que
te quiero, para besarte ahora que te tengo delante y puedo, pues no
sé si mañana el mundo pueda decidir apagarse y sepultar nuestros
cuerpos bajo toneladas de dolor. Porque si lo hago ahora y no me
correspondes, al menos tendré la posibilidad de retroceder en el
tiempo y evitar reaccionar de esa manera, y contarte alguna mentira y
seguir charlando hasta que el cansancio nos tumbe. Porque si ahora te
beso y tú me rechazas y comienzas a odiarme, entonces podré
borrarlo y quedarme con la idea de dónde están los límites de
nuestra amistad.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Pero evidentemente
eso era lo que deseaba contestarle, no lo que realmente hice. Me salí
por la tangente y la conversación derivó en otros temas.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
Él era mi
kriptonita, mi debilidad. Pero yo no era héroe ni podía viajar en
el tiempo. Mi mayor pecado era mi juventud. Era débil, dependiente y
soñador. Algo cobarde también se puede decir que fui, pues nunca
tuve el valor de decirle la verdad y esperar con madurez a recibir el
golpe de la verdad. Lo que hice fue escoger la primera oportunidad
que me alejó de él. Ya nunca más nos volvimos a juntar, a pesar de
que físicamente sí nos hemos tenido cerca.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.5cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-78031926167692679532012-05-24T01:05:00.002+02:002012-05-24T01:05:49.525+02:00No es justo...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiadOpQi523tBD7doM7mJCnnAXfLTXBE6JcYIBfwqu5OWMsVw32mgTfen9xavkfKga76cTqxo9dDbJiLpAzNLZWQFjlCQrZDfH8c6VzJBb1nxEKF98ko6BLO5y1qdFDmu7gvIQ1EEubRl8/s1600/happy+is+with+you3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiadOpQi523tBD7doM7mJCnnAXfLTXBE6JcYIBfwqu5OWMsVw32mgTfen9xavkfKga76cTqxo9dDbJiLpAzNLZWQFjlCQrZDfH8c6VzJBb1nxEKF98ko6BLO5y1qdFDmu7gvIQ1EEubRl8/s1600/happy+is+with+you3.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.23cm;">
¿Cuánto tiene
que durar un abrazo? No, mejor: ¿cuánto tiene que durar un abrazo
tuyo para ser suficiente? No sé si estoy enamorado de ti, o el
término ya se hace pequeño para definir esta dependencia. Lo pienso
objetivamente y sé que no debería, pero por todos es sabido que el
“corazón” manda sobre la razón. Te has anclado en mi ser con
tal fuerza que todas las artes de este joven aprendiz de brujo no son
suficientes para erradicarte. Soy débil a tu recuerdo y a las
fantasías que invento, aquéllas en las que tú me quieres también.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.23cm;">
Me avergüenzo de
mis sentimientos. No debería amarte. Pero si alguna vez me preguntan
si he querido a alguien de verdad, no pensaré en ninguno de mis
amantes. Cada golpe en la vida, cada desengaño amoroso, cada noche
vacía de calor en mi cama me llevan a ti, a tu recuerdo. Ya no sólo
te amo, sino que dependo de ti, mi vida entera es un continuo ir y
venir a tu mirada.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.23cm;">
Y no lo entiendo.
No es justo...</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.23cm;">
La realidad
objetiva se vuelve a colar en mi cabeza y me arrastra hasta la desesperación. Ya no puedo olvidarte. No podré jamás, pues eres el
amor de mi vida. Tan sólo me queda la pueril esperanza de que algún
día alguien me haga sentir lo mismo que tú; y aunque no llegue a
borrarte, te conviertas en una etapa de mi vida que ha hecho madurar
a éste Pequeño Débil.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.23cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.23cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-5674213978325180242012-05-03T18:44:00.001+02:002012-05-03T18:44:16.467+02:00Debilidades<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYa1eAme7VMC2PLx3jOqOzFpVLsqRBFXCydx21_ULz4cTSeMd2f2o80Higc3oT_bRSHFMgHSmGbgcNJZk9C8eErdoaEwgTiG0aHgZ4nn910WpvIRF2xxaGTz1OYhmTK6p-bIr74XwnNIs/s1600/rainy_day_by_musicandphotography.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="399" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYa1eAme7VMC2PLx3jOqOzFpVLsqRBFXCydx21_ULz4cTSeMd2f2o80Higc3oT_bRSHFMgHSmGbgcNJZk9C8eErdoaEwgTiG0aHgZ4nn910WpvIRF2xxaGTz1OYhmTK6p-bIr74XwnNIs/s400/rainy_day_by_musicandphotography.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Cuando llueve hay un niño en la calle
vestido con tan sólo camiseta y un pantalón corto raído. Camina
descalzo y nadie lo mira. No lo hacen porque es débil; el reflejo de
lo que todos temen, de los errores, de las incertidumbres, la
injusticia y la falta de decoro por parte de la vida. Ese niño es un
fantasma vagabundo al que no le afecta la lluvia porque nació entre
llantos. Dicen que tiene ya una edad para considerarse un adulto,
pero a mis ojos no debe de tener más de 12 años. Nunca vivió la
soledad de la adolescencia porque ésta le llegó antes, cuando el
mundo le dio la espalda. O eso dice cuando pasa por tu lado, con la
mirada clavada en el suelo. Masculla: “ellos me dieron la espalda,
yo he renunciado al mundo”.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Nací débil. Una diminuta gota en el
océano salvaje. Nunca me canso de repetirme que uno de los mayores
logros de mi vida ha sido esta piel de rinoceronte que ahora cubre
todo mi cuerpo. A prueba de insultos, de golpes del destino y
desamores; así es como soy ahora. Poco a poco, con los años me he
ido labrando una personalidad que ante todo se defiende de lo que le
pueda dañar, que ya ha sido mucho a lo largo de mi vida. Eché de
casa a mi inocencia una noche en la que no podía dormir. Como un
niño harapiento vagabundea por las calles cuando los días son
grises. Me di cuenta de que para sobrevivir en la jungla la vida
pueril es como una soga que te ata a un árbol cercano a un
asentamiento de depredadores. Si no deseas ver tu cuerpo alimentando
a las víboras, debes dejar ese lastre atrás y hacer de ti algo
nuevo. Aunque ello suponga el abandono de lo más bonito en esta
vida. En este juego si no sabes defenderte, te comen vivo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Y a pesar de todo lo dicho, no puedo
abandonar el sentimiento de que algo de ese niño se ha quedado
impregnado a mi corazón. Por eso cuando llueve me acuerdo de él y
las lágrimas vuelven a empañar mis ojos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-68195895214227307992012-04-22T18:09:00.000+02:002012-04-22T23:39:44.997+02:00Abandono<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
¿Habéis visto
alguna vez un ave caminando? Sólo caminando porque sus alas habrían
perdido funcionalidad. Pues entonces ya me conocéis un poco más, ya
que me habréis visto. Mi pecado ha sido jugar contra unos
contrincantes que me quedaban muy grandes: los sentimientos. Y como a
Ícaro, mis alas se han colapsado por el peso de la ambición. Pues
creí que podía encerrar a mi antiguo “yo” en una celda al fondo
de mi mente, pero olvidé que éste es inalienable a mí y que
siempre está presente, irradiando la debilidad que me hace caer una
y otra vez. Y por más que diga que “para ser un hombre fuerte
primero hay que ser un niño débil”, creo que todavía sigo siendo
aquel niño apocado y que estoy lejos de convertirme en un hombre.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
Y ahora os veo
frente a mí, dándome la espalda uno a uno, y contemplo el reflejo
de mis plegarias. Ahora comienzo a entender que el camino que he
escogido es demasiado estrecho para que nadie pase a mi lado. Si al
llegar a la meta el camino se ensancha, eso ya no lo sé. Los mejores
han caminado solos durante años y no recuerdo haber oído una sola
queja de sus labios. Entonces, ¿porqué siento que a pesar de ser lo
que quiero, no me hace feliz? La frialdad ártica no me beneficia. Es
lo contrario lo que sé que puede llegar a calentarme de nuevo las
manos, que ahora gélidas se detienen a enjugar mis lágrimas. Lo he
intentado, juro que lo he hecho, pero no sirvo para esto porque me
implico muy rápidamente.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
Sí, tú. A ti es
a quien van dirigidas estas palabras, más que al resto. Tu rostro
difuso y tus ojos azules no deberían volverse en contra de mí. Y lo
estás haciendo ahora. Me miras con dureza y me haces sentirme
pequeño. ¿Crees que no es complicado para mí también? ¿Crees que
todavía no me acuerdo? No quiero ser uno más y vestir camisa de
fuerza. Toda mi vida te has camuflado entre todos los demás y es
ahora cuando por fin sólo puedo verte a ti. ¿Me esperarás?
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
¿Tendré yo el
valor para esperarte a ti?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
-¿Habéis visto
alguna vez un ave caminando? -les pregunté a aquellos que estaban
frente a mí en aquellos parajes de una tierra oscura.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
Continué hablando
a medida que uno a uno se daban la vuelta y me dejaban atrás, como
una masa que acude a la guillotina a ver el macabro espectáculo; una
vez la cabeza se desprende del cuerpo ya no hay nada más que hacer
allí. Mi diatriba parecía no importarles en absoluto. Sólo uno de
ellos continuaba quieto, el único que no había conocido aún el
olor de mis sábanas.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
-Si, tú -le
espeté, sin conseguir reacción ninguna, al cabo de un rato de
discurso inconexo-. A ti es a quien van dirigidas estas palabras.
-Esos ojos azules no se movían ni aunque los demás pasaran por
delante de él en su empresa por dejar el lugar-. ¿Crees que todavía
no me acuerdo? -Yo sólo podía continuar hablando, la única forma
que tenía de no derrumbarme y llorar-: ¿Me esperarás?<br />
Y me tendió
una mano, que quedó levitando frente a mí a una distancia tan
pequeña y a la vez tan grande que resumía una vida entera en este
mundo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
-¿Tendré yo el
valor para esperarte a ti?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
Y una lágrima
solitaria descendió hacia su mejilla, donde se perdió entre las
sombras que envolvían su rostro.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
Siempre me odiaré
por no acudir a besar esa lágrima.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.97cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-44016056970741626942012-04-10T21:53:00.000+02:002012-04-10T21:53:13.355+02:00Ni siquiera la tormenta<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
El atardecer tiene ese tono dorado de
cuando los rayos del decadente sol atraviesan las nubes oscuras
repletas de lluvia. A través de la ventana en el tejado de mi casa
entran algunas gotas que mojan mi cara. La inmensa nube negra sobre
mi cabeza, que cubre todo lo que mi vista alcanza hasta el mar, con
sus formas redondeadas se me antoja una inmensa mano que pronto caerá
sobre mí con su viento, lluvia y truenos. La luz lucha por alejar a
la enorme mancha negra lejos de la tierra verde que me rodea, lejos
de las montañas con su manto de árboles, lejos también de los
seres humanos que temerosos se afinan en sus casa o caminan bajo la
protección de un paraguas. En cambio yo solo soy un mero espectador,
un curioso ajeno a la magnitud del poder de la naturaleza. Y
contemplo a los árboles mecerse ante mí y a las gaviotas bramar
sobre mi cabeza. ¡Dios!, cómo me gustaría a mí ser una de ellas y
alzarme sobre los demás y romper a gritar. Gritar para que todos se
dieran cuenta de que llevo mucho tiempo apretando los dientes para
impedir que ningún sonido saliese de mi boca, para evitar que nadie
se diera cuenta que tras esta máscara de impasibilidad se halla una
tormenta que lucha por estallar. La ventana retumba con el sonido de
un trueno a lo lejos, potente a pesar de la distancia. Pero yo de eso
sé muy bien, porque a pesar de la distancia hay cosas que viajan a
más velocidad que algunas otras, como el sonido, la luz o los
sentimientos. Yo sé bien de distancias, porque mi corazón lleva
años retumbando por el sonido de un amor lejano. La cantidad de
lluvia comienza a incrementarse, el polvo de las ventanas acumulado
por el tiempo de sequía comienza a resbalar dejando surcos en el
cristal. Surcos como los que mis uñas a veces dejan en mi pecho o en
mi espalda cuando de los nervios no dejo de arañarme. Mi cara
comienza a lavarse con la lluvia en aumento. Pronto parece que estoy
llorando, pues mis pestañas se llenan de gotas que caen de mi frente
y cuando ya no pueden más se desbordan por mi cara hasta el mentón,
donde las enjuago para que no bajen por la camiseta hasta el pecho.
Otro trueno más, esta vez con luz al fondo. Primero la luz, luego el
sonido. Primero el amor, luego las cicatrices que nunca cierran y que
tras cada golpe de tambor en el cielo se abren y comienzan a sangrar.
Y me comienzo a cuestionar el fin de todo esto. Porque la naturaleza
es fácil de estudiar y de comprender, incluso cuando es cruel y
desgarradora. Pero los sentimientos no. Es imposible verlos,
tocarlos, olerlos, contarlos. Están ahí, pero si no fuera porque
los padecemos y no tenemos duda de ellos podría decirse que no son
más que una ilusión, una forma de religión más. Se funde el sol
con el mar y el entorno pierde la tonalidad dorada y se torna más
clara, con un incipiente cielo azul asomando entre la enorme masa de
nube, ahora grisácea. Distingo que a lo lejos otra masa de nube
diferente tiene forma de mar revuelto, con un caballo que surge de
él. Y recuerdo al “amigo de los caballos”, que así es su
verdadero nombre, a parte de muchos otros, todos ellos en mi cabeza.
Me doy cuenta entonces de que ya no llueve. Tampoco quedan ya
gaviotas sobre mi casa. Ni siquiera la enorme masa oscura parece
dispuesta a quedarse, pues se mueve en dirección opuesta a poniente,
azotada por una corriente de aire que no afecta a los que a nivel del
suelo nos hallamos. La otra, el mar hecho de nubes, se difumina y
oculta el ocaso. Ya no queda nada aquí que me haga quedarme ante la
ventana. Por decir más, parece que no quede nada aquí que me haga
quedarme en general. Me duele la mandíbula de mantenerla apretada.
Comienzo a llorar, no desconsoladamente pero sí que algunas lágrimas
manan de mis ojos, y con una sonrisa me despido del caballo que
desaparece entre las nubes. Una vez más estoy sólo en casa. Afuera
no queda nada. Adentro, una tormenta de incertidumbres que a
diferencia de la de la naturaleza parece que no quiere remitir.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-48687160021618346552012-03-22T00:24:00.000+01:002012-03-22T00:29:18.365+01:00Cordura decadente<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
El cielo se oscurece a lo lejos y tan
sólo queda una uña de sol. Unas iniciales se las lleva la espuma de
una ola diminuta, una leve caricia del mar en calma. Las banderas
ondean a media asta, caídas en desgracia con los extremos orientados
hacia el suelo, como las orejas de un perro avergonzado. Un animal
que aúlla a la incipiente luna, que comienza a alzarse con un brillo
anaranjado; llanto de una especie que observa su decadencia en los
confines del día. La tranquilidad y quietud enfermizas no sólo
paralizan el corazón, sino que presionan el pecho e impiden llenarse
los pulmones de aire, limitándote a respirar de poco en poco. El
mareo es inevitable y en tu campo de visión se instaura una sombra
que se funde con la creciente noche. A lo lejos una figura se acerca
y se aleja dejando en la arena un repertorio de pisadas enmarañadas
que desordenan las perfectas formaciones desérticas que tanto
trabajo le llevó conseguir al viento, ése que con tanta fuerza salía
de tus pulmones cuando dejaste de correr. Aquella persona borrosa
continúa con su acercamiento-alejamiento cuando por tu mente no
dejan de pasar caras y voces que despiertan recuerdos de otras noches
no tan solitarias como aquélla. Caras de amantes que conociste en
una cama, en un coche, en un jardín. Promesas que salieron de
aquellos mismos labios que luego dijeron «perdón» o «adiós». Y
mientras tanto, aquel bailarín de la oscuridad, tocado tan sólo en
un costado por los rayos de la luna, se detiene muy cerca y te señala
con un dedo el horizonte desnudo. Y comprendes que es el fin de la
luz y te dejas llevar por la corriente de locura que penetra tu
cabeza por el mismo punto que lo hace la imagen de su cara. Si tus
piernas se bloquean y caes de rodillas, entonces mejor ten preparada
una súplica, porque te enamorarás tan perdidamente que cuando
amanezca jamás podrás olvidar el beso de oscuridad que aquella
figura te dio cuando se acercó demasiado.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-63636495251533401282012-03-10T17:40:00.000+01:002012-03-10T17:40:07.362+01:00Segunda ley de la termodinámica<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL0SNE7War7XbcXsMxvnmznwiZKoaMWxyTZZtiJW4KJ5YmRA9weu-Cw9ZiwNrf9hAWH6MkyoKQa2lc0aoMUrHFXF-7hgpzfwrxkCRD60bYe_hp6yoBdms5WSCUSILvMcdR_bX4cEDxCuQ/s1600/GLOG+12.9.11.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL0SNE7War7XbcXsMxvnmznwiZKoaMWxyTZZtiJW4KJ5YmRA9weu-Cw9ZiwNrf9hAWH6MkyoKQa2lc0aoMUrHFXF-7hgpzfwrxkCRD60bYe_hp6yoBdms5WSCUSILvMcdR_bX4cEDxCuQ/s1600/GLOG+12.9.11.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<div align="CENTER" style="margin-bottom: 0cm;">
“La segunda ley de la
termodinámica se basa en el hecho de que hay muchos más estados
desordenados que ordenados”, S.H. Hawking.</div>
<div align="CENTER" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
¿Cómo sería el mundo si la flecha
del tiempo apuntara al revés? Los pedazos de cristal saltarían por
el aire y se fundirían para dar forma a un vaso intacto, el desorden
dejaría paso al orden absoluto y en lugar de degenerar y envejecer
seríamos jóvenes y volveríamos a nacer. Pero el universo se ha
inventado así, ¿o somos nosotros los que así lo percibimos? Lo que
sí está claro es que si dejas los platos sin fregar, pronto el moho
se hará con ellos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Es más fácil perder algo, que
ganártelo. En el amor, como en todo en esta vida, tienes que
invertir una cantidad de energía constante para evitar que esto
ocurra. Y si no lo haces, todo lo que tengas que hacer después para
enmendar tu dejadez puede llegar a ser completamente inútil. Y es un
error común relajarse con el cuidado de una relación porque ¿para
qué seguir luchando por algo por lo que ya has luchado y ganado una
vez? El rey que no se molesta por el cuidado de su nación pronto
verá cómo las rebeliones se multiplican por el territorio y su
reinado verá el fin antes de que mueva un dedo por intentar
evitarlo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Hubo una vez alguien que afirmó que el
amor es un ser vivo al que hay que dar de comer para que no se muera.
No, todo está vivo. Todo aquello que consuma y requiera energía
está vivo. Si la física nos enseña que caminamos hacia el
desorden, esforcémonos por ir al contrario. Pero qué fácil es a
veces dejarse llevar por la corriente del río y erosionarlo todo a
nuestro paso...</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-84105464616464021192012-02-22T23:59:00.001+01:002012-02-22T23:59:53.325+01:00El olvido es la mitad del tiempo pasado juntos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLm92HHnQNqmelZ1jkB4jNGcP2gKDylt3BHQBup49tqEtCQh6LGjooUmLPk07epm1sRGt4JjZ5SP3fw9m2V7vY05w_Q4FPbEg5DQYkQMz_t7nDrqCHy2RPvv15E405SiAKIotmeP2pwwk/s1600/ojosazules.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLm92HHnQNqmelZ1jkB4jNGcP2gKDylt3BHQBup49tqEtCQh6LGjooUmLPk07epm1sRGt4JjZ5SP3fw9m2V7vY05w_Q4FPbEg5DQYkQMz_t7nDrqCHy2RPvv15E405SiAKIotmeP2pwwk/s400/ojosazules.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
«¿Me seguirás
recordando cuando ya no te mire a los ojos?»</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
Esa palabras
vibraron en mi cabeza de camino de vuelta a casa y al llegar las
escribí, no sólo para no olvidarlas, sino para recordar siempre qué
significaban. Podía estar cometiendo uno de los errores más grandes
de toda mi vida, y sin embargo continuaba caminando hacia adelante
llevándolo a cabo y sin mirar atrás.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
Atrás era donde
quedaba él, con su cabeza gacha y su mirada perdida en un punto
entre mi cabeza y la pared de mi lado. Durante toda la velada había
orientado mi cuerpo hacia mí, de vez en cuando incluso llegando al
contacto físico, muy íntimo. Habíamos caminado hasta un pequeño y
viejo embarcadero a la otra orilla del río, donde con su dulzura me
había abrazado y besado. Como si me estuviera leyendo el
pensamiento, comenzó a bromear sobre una de las primeras cosas que
le había dicho al poco de conocernos:</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
- El tiempo que
tarda una persona en olvidar a otra -le había dicho ese segundo
día-, es la mitad del tiempo transcurrido desde que se conocieron
hasta que se separan.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
Y me preguntó
cuánto tiempo le llevaría a él olvidarme si nos dejáramos de ver.
Sonreí y me volví para mirar el embarcadero. El nivel del río
había subido y vuelto a bajar recientemente, por lo que la tierra
que entonces pisábamos estaba algo enfangada y nuestros pies se
hundían levemente. Como mis nervios en aquellos momentos, la
superficie del río estaba agitada por la corriente que tomaba
velocidad bajo el puente de hierro, que ya comenzaba a iluminarse
para la noche. Caía el sol entre los árboles y con él su ánimo y
ganas de mirarme. Comenzó a darse cuenta de que algo no iba bien,
que estaba más distante y que era incapaz de mantener mi mirada en
su cara mucho tiempo; y ya no digamos en sus ojos. Sabía que él lo
sabía antes siquiera de decírselo, por eso me mantenía mirando a
un punto fijo sobre la agitada superficie del río, donde algunos
juncos sobresalían como garras afiladas hacia el cielo. Yo no lo
pude decir con palabras, él sí. Tuvo el valor de ponerme una mano
en la espalda y decirme lo que debería haberle dicho yo mismo: que
se había acabado.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
De vuelta a casa
con el peso de la culpa sobre los hombros, me puse a reflexionar
sobre si lo que había hecho era la correcto. No sobre si estaba bien
o no, porque sabía que no lo estaba. Y fue entonces cuando se me
vino la frase a la cabeza. Me pregunté si era verdad que sólo le
llevaría la mitad del tiempo que habíamos pasado juntos en
olvidarme. Le deseaba que fuera menos incluso. Pero yo, sin embargo,
sería incapaz de olvidar en los dos años que han transcurrido hasta
hoy sus ojos húmedos por las lágrimas y su expresión de decepción.
Esa frase todavía está en el corcho sobre mi cama, para recordarme
que nunca más voy a volver a hacer llorar a nadie que me haya
querido.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.52cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-22160235041948200302012-02-14T13:31:00.001+01:002012-02-14T13:31:56.746+01:00Vaso de cristal<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPf2L6XPhRaSCQ9lzanmVGZS7M9MTNnkUFnuFDZC7N09pAEJR5dwdphz-a9NvTCkpK_KGzXTkJ1iE22xWGo2k3dct64WrPVq0BVJ0iH3nQP4LMlDj6Q0J2ZNN5WwfrsvWVyabsYCtfmzI/s1600/ktk_4519.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="304" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPf2L6XPhRaSCQ9lzanmVGZS7M9MTNnkUFnuFDZC7N09pAEJR5dwdphz-a9NvTCkpK_KGzXTkJ1iE22xWGo2k3dct64WrPVq0BVJ0iH3nQP4LMlDj6Q0J2ZNN5WwfrsvWVyabsYCtfmzI/s400/ktk_4519.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
La luz que entra en la habitación se convierte en un espectro
luminoso cuando toca los pedazos de cristal esparcidos a los largo
del parquet. Este caos es el resultado de una vibración superior a la
superficie de mi alma, de un grito desgarrador que ha convertido la
estancia en el eco de una batalla por la libertad. De lo habido no
queda ya nada. Esta noche han caminado entre mis sábanas ángeles y
también demonios, figuras con capa que entonaban conjuntamente un
aullido de dolor que pondría a prueba mis límites. Me rozaron con
sus alas caídas y también con sus pies me pisaron. De su paso
quedan mis pedazos entre la cama y el armario; pedazos que ahora
saben cómo brillar. La noche ha sido larga y el sueño corto. Pero
una vez entra el sol por la ventana no hay que hacer ningún esfuerzo
para sentir su calor. Ya de bruces en la realidad, roto y dolorido,
no queda más que sentarse a ver qué va a pasar luego. Porque, por
mucho que luzca el sol, no va a ser peor que los terrores de la
noche.</div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
Junto a mis pedazos, una pluma blanca ha caído, rozándome con
delicadeza. ¿Alguna vez alguien ha intentado volver a pegar los
pedazos de un vaso de cristal que se la había caído al suelo y
roto? Es un trabajo tedioso seguro, lo cual no quiere decir que sea
imposible. La vida está plagada de momentos como el mío la noche
anterior, todos tenemos nuestros ángeles, y sobre todo nuestros
demonios. Pero ¿por qué no seguimos luchando hasta llegar al fondo
de todo y comprender así que ésta es la dinámica de la vida?</div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-84372219523668877772012-02-05T01:28:00.000+01:002012-02-05T01:28:29.550+01:00Chico Tímido<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGG01pvZU32DEVtEhf-SXLN8PZgzccPPW4HEV3DE_hc1oatDDGO6c3CUxKCs9QQioDHN4i0cKPr2SVJ0tF02e14s_QwiIF8HhY1OtY74N_JjMi0L2p0SDWhWCvpUzlARCw2rZAm5YFz5A/s1600/Iwan+Rheon+Iwan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGG01pvZU32DEVtEhf-SXLN8PZgzccPPW4HEV3DE_hc1oatDDGO6c3CUxKCs9QQioDHN4i0cKPr2SVJ0tF02e14s_QwiIF8HhY1OtY74N_JjMi0L2p0SDWhWCvpUzlARCw2rZAm5YFz5A/s1600/Iwan+Rheon+Iwan.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Esta noche te abracé, Chico Tímido.
Mi cama te hizo un sitio para que yo pudiera disfrutar de la
sensación de tu piel desnuda contra la mía. Ambos renunciamos a
nuestra identidad esta noche y nos dejamos arrastrar por los rápidos
de un río que en lugar de llevar agua, llevaba pasión. Perfilaste
en la oscuridad mi cuerpo con tus manos, deteniéndote en los
hematomas de la vida. Aquellas cicatrices las besaste hasta
borrarlas. Y con un par de palabras me arrancaste el libre albedrío
y mi ser completo se convirtió en un satélite de tu alma.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Tu cara sólo fue desconocida por un
tiempo, pues al poco la sensación de que te conocía de toda mi vida
ya se adueñaba de mí. Me susurraste que me querías, Chico Tímido,
y entonces supe que quería compartir contigo el resto de mi vida.
Debajo de aquellas sábanas nos habíamos encontrado el alma. Debajo,
en aquel mundo desnudo, encontramos el paraíso escondido tras el
infierno.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
-No lo olvides...- me susurraste por
última vez, en un tono de voz casi inaudible, a pesar de tocar con
tus labios mis oídos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Ahora mi alma entona un lamento lastimero que resquebraja las paredes de esta habitación. Mi cama
se ha quedado helada y por muchas mantas que me ponga por encima, no
consigo entrar en calor. El mundo ha vuelto a tomar ese tono gris
usual. Y es que, Chico Tímido, en el momento en que me desperté ya
no estabas a mi lado. Quise volverme a dormir para encontrarte de
nuevo, pero los caminos que llevaban hacia ti se habían borrado con
la vorágine de mi mente. Te he perdido en mi propia cabeza y soy
incapaz de encontrarte en dicha jungla.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-28188974258995161532012-01-26T01:56:00.001+01:002012-01-26T01:57:38.828+01:00Un muro de incertidumbres<br />
Hace un rato encontré el siguiente texto en una de mis carpetas. Lo escribí hace tres años, más o menos, y lo publiqué en otra página (ya cerrada). Es curioso, estaba buscando algo porque no me apetecía escribir, y voy y encuentro este texto, que se adapta a la perfección a mi situación actual. No lo he cambiado en absoluto. No hace falta.<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdR40ZjtHMB075jUHtHYCiVg3rlIaejFxW5akMNdlbbsR8F_Clk3iyWKSdSfibkMwQPeGiXL6vHMb9UgCt8hFWivxvbC1CKUA6QoqJY-dqC-Y1Qvgd8F5iEdHDo41_2qN__gyGVyFsha4/s1600/garrettHedlund4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="413" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdR40ZjtHMB075jUHtHYCiVg3rlIaejFxW5akMNdlbbsR8F_Clk3iyWKSdSfibkMwQPeGiXL6vHMb9UgCt8hFWivxvbC1CKUA6QoqJY-dqC-Y1Qvgd8F5iEdHDo41_2qN__gyGVyFsha4/s640/garrettHedlund4.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Mi vida está llena de suposiciones
absurdas, burdos gestos, números que parecen conducir mis pies por
un camino premeditado, pero que en el fondo no logro a encontrar su
relación, palabras escritas con un propósito que nunca se cumple,
ojos que se cruzan con los míos unos instantes y luego se difuminan
con el paisaje, encuentros llenos de significado que lo pierden todo
pasado el momento, esperanzas que por mucho que las desee jamás se
verán cumplidas... Sí, la vida puede tratarse de un purgatorio
personal. Es complicado describir cómo uno se siente en unas simples
líneas, pero es que he narrado mi vida durante todo este año, ya no
me queda más que contar de mí. Tan solo me repito una y otra vez.
¿Cuándo diré que soy tan feliz que ya no necesito el corazón para
vivir?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Contradicciones. También estas están
más presentes ahora en mí. Mi cabeza es un bucle de sentimientos
que vienen y van, sin un destino fijo. ¿Quiero correr? Hoy sí,
mañana no. ¿Quiero volar? Hoy no, mañana puede que sí, puede que
tampoco. Todo lo que creía haber aprendido sobre mí ha caído en
picado hasta estrellarse contra un muro de incertidumbres. Este muro
no sólo está plagado de inseguridades, también su argamasa está
compuesta un poco de miedo. El miedo, ¡que terrible sentimiento! Si
pudiera borrar algo de mí no sería el miedo, éste nos hace más
fuertes. Sin embargo, estoy seguro de que lo apartaría de mí un
tiempo; el suficiente como para comprenderme un poco. Las cosas en mi
cabeza están pasando por otra crisis, pero esta más avanzada que la
del país. No solo no sé lo que quiero, sino que tampoco sé lo que
no quiero. Estoy empezando a plantearme la posibilidad de que existan
dos "Pablos" viviendo en mí. Uno que quiere unas cosas, otro que
quiere otras muy distintas.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Estoy cansado de la batalla interna.
Necesito un descanso entre el fuego cruzado entre un hemisferio y
otro de mi cerebro. Necesito una tregua que me ayude a replantearme
las cosas, quizás también a ir a de nuevo a la escuela y
“re-aprender” lo que ya creía saber de este lío tan complicado
llamado VIDA.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-78730786835651648152012-01-19T21:34:00.000+01:002012-01-19T21:34:21.393+01:00Decepción-Reconciliación<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
No es agradable
esto de lo que voy a hablar, y mucho menos para mí. Escribirlo me
desahoga, pero hacerlo aquí lo hace aún más. Y a su vez me da
miedo. Ese mismo miedo que sentí al descubrir algo de mí que no
creí que fuese a estar ahí, ahora es el miedo a que otros sepan de
mí mi reacción ante una situación que me sobrepasó. El
acontecimiento fue el siguiente:</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Como toda
narración que describa acontecimientos matutinos, ésta comienza
conmigo saliendo de casa, pero tomando un camino distinto al usual para
llegar al centro de la ciudad. Pero no por capricho, sino porque al punto al que
quería ir era más rápido llegar por allí, que por el que siempre
tomo. Como todos los días a media mañana, había gente en la calle.
Gente que en minutos se convertirían en mis peores enemigos y a los
que mucho odiaría, porque me iban a hacer parecer invisible.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Casi llegando al
final de la larga avenida, alcanzando el horrible “pirulí” que
se halla en en medio de una rotonda, una pareja salió de una esquina
y me abordó. Ella tenía la cara demacrada y mirada triste, él la
tenía sucia, con roña quizás, y su mirada era firme en mí. Me
preguntó, él, que si tenía algo de dinero para dejarles, que
tenían que comer y con un par de euros les llegaba. Su olor aún lo
recuerdo (y no lo digo porque quede bien para la narración), una
mezcla entre olor corporal rancio y aliento de borracho. Ella, sin
embargo, me lo pidió por favor, que estaban durmiendo en cajeros y
que si tenía aquella cara era porque se había levantado a las 7 de
la mañana porque los habían echado. Entonces reparé mejor en su
cara, y vi una herida extraña en un pómulo, como de rozadura. En
efecto, tenía la cara sucia, y aquella rozadura estaba roja y era
bastante grande. Él me agarró una mano enguantada y me dijo que no
me pusiera nervioso, que ellos no robaban, que sólo me pedían por
favor que les diera algo para comer. Yo mientras intentaba deshacerme
de ellos, mi instinto de supervivencia me obligaba a irme de allí
cuanto antes. No pensaba, sólo actuaba. Mi centro de atención eran
sus manos y su mirada. Desconocía la cantidad de dinero que podía
llevar en la cartera, ésta guardada en el bolsillo interior de la
cazadora, pero por nada del mundo la quería sacar allí para que en
un segundo echaran a correr con ella. No quería hacerlo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
-Sé que tienes
dinero -me dijo él, ya con una mirada que me atravesaba hasta la
nuca-, tienes pinta de tenerlo. Sé donde lo tienes.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Esas palabras ya
hicieron que me temblara el pulso, que ya de por sí no es ninguna
maravilla. Me puso tan nervioso con aquellas palabras que le solté:</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
-¿Me lo vas a
sacar por la fuerza?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Me dijo que no,
que no me preocupara por eso. Y volvió a repetirlo todo de nuevo,
que les diera algo para comer, respaldado por su pareja. Mientras,
nadie pasaba por allí, por la otra acera sí. Él añadió algo
nuevo a su repertorio: que si hacía falta me harían un regalo, que
les diera lo que tuviera y que ellos me daban unos guantes o no se
qué. Yo no acepté nada. Saqué la cartera, la vacié en sus manos y
comencé a alejarme. Ella me dio las gracias cuantas veces le dio
tiempo, él se limitó a darse la vuelta y a guardar el dinero.
Bueno, no sólo eso, también me enseñó los guantes que me quería
dar.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Antes de irme le
dije a ella (ya que había perdido todo el dinero que llevaba encima)
que comiera algo, que se metiera lo que quisiera, pero que comiera.
Ella sólo me dijo:</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
-No, yo no me meto
nada...</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br />
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
Me fui de allí
temblando y con una mezcla de emociones que no comprendía hasta
pasado un buen rato. Había pasado miedo, pero miedo por él. Por
otro lado, había sentido pena, pero sólo por ella... su mirada era
tan triste cuando me dijo que dormían en un cajero. También tenía
una rabia que no me dejaba parar de pensar en cosas que ahora me
avergüenzan. No fueron ni veinte euros los que me quitaron, pero era
con los que iba a hacer la compra. Si al menos supiera que en
realidad los iban a gastar en comida me daría igual, yo mismo pude
haberles comprado algo, pero sabía que los iban a gastar en un chute
que les duraría un día (u horas) y eso me reconcomía por dentro.
Con la rabia me había quitado el guante por el que me había cogido
la mano. En una esquina tiré los dos al suelo. Con ese hecho me
sentí clasista, irrespetuoso y nada comprensible con su situación.
Pensé, ¿cómo yo, con mis valores y que estudio para ayudar a las
personas, me puedo dejar llevar por el rencor hacia un robo que no sé
ni siquiera si se le puede llamar propiamente así? Pero algo estaba
claro, aquella mañana había descubierto algo de mí que no me gustó
nada. Reaccioné como un niñato y no me lo puedo sacar de la cabeza.
Al menos sí puedo decir que aquellos guantes los tengo en casa, que
volví sobre mis pasos y los recogí. Y ahora siento la necesidad de
pedirle perdón a alguien por todo lo que pensé, por mi reacción...
Pero es sólo conmigo con quien me tengo que reconciliar.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.53cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-54809326165155579152012-01-03T21:25:00.002+01:002012-01-03T21:26:13.623+01:00Día 1<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.47cm;">
<br />
<div style="text-align: auto; text-indent: 0px;">
<br /></div>
</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.47cm;">
Comencé
el año desayunando contigo al lado. Bueno, llámalo desayuno,
llámalo comida. Nadie podría imaginarse la cara de imbécil que se
me debió quedar cuando te sentaste frente a mí y comenzaste a
comer. Supongo que mi sonrisa de oreja a oreja era un poema. No
habría una forma mejor de empezar el año. Día 1, y tú estabas a
mi lado.</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.47cm;">
Lo
interpreté como la forma que tenía Dios de decirme que “todo iba
a salir bien”, que éste es mi año. Ahora es cuando debo dar el
salto, despojarme del peso del pasado y tirar hacia adelante. He
nacido para algo más que esta melancolía constante. Es el momento
de vivir, de despertar, espabilarme y gritar que estoy aquí por
algo. Voy a dedicarme por completo a mí, quizás dejarme el pelo
largo, cruzar el charco para visitar a una amiga, enamorarme de una
vez por todas y olvidar que alguna vez existió la palabra soledad,
quizás empezar a escribir ese libro que tantos años llevo dando
forma, optar por el triunfo en mi carrera y demostrarle a todos que
tengo unos principios que valen la pena compartir. Mi sueño es el
cambio, para mí y los que me rodean, y éste es el momento. Pero no
necesariamente porque haya empezado un nuevo año, sino porque
realmente lo siento. Una vez que he tocado fondo y ya me lo conozco,
me apetece conocer qué hay arriba de todo.</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.47cm;">
El día
1 compartí contigo algo que aparentemente sólo significó para mí.
Tú fuiste el único amor de mi vida y hasta ahora siempre había
intentado borrarte, olvidarte. Pero para qué borrar lo más bonito
que he sentido nunca por una persona. No, es absurdo. Ahora sé vivir
con ello, sé que soy capaz de seguir queriéndote, de continuar con
el cariño que te tengo, y además abrirle mis brazos a otro. Y puede
que todavía me sigas visitando en mis sueños, pero eso me
reconforta. Ya no tengo miedo a admitir que TE QUIERO, pero que hay
personas que no han nacido para estar juntas. Ni el tiempo ni el
lugar han sido los apropiados... ¿quizá otra vida? Para mí atesoro ese beso, ése único que te robé aquella noche en tu habitación. Uno de los mejores momentos de mi vida.</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.47cm;">
Día 3,
y ahora comprendo hacia donde viajamos ambos: en direcciones
opuestas. Puede que algún día sepa responder a la pregunta de qué
pasó con nosotros, que éramos en realidad. Yo sólo sé quién y cómo soy
yo, y eso ya me ha llevado muchos años averiguarlo.</div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.47cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.47cm;">
<br /></div>
<div align="LEFT" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.47cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-90667552674847077332011-12-27T18:09:00.000+01:002011-12-27T18:09:38.808+01:00Y helado en mi trono vacío...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjofvetUvJG_dsmt0YVmrtAwrZUPhHx_AzCMvLVcXzaFsIEIjIYP4VWDEvIPViWhXFrpQdxwRhyphenhyphenwzhBX-e77yb2V7YmH1UVBG1dlqWIaDrL0ELQUZlAq1iVZk3fTM9HahVztGpw6ckVS0E/s1600/tumblr_lqptktWDJ71qj1c27o1_500.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjofvetUvJG_dsmt0YVmrtAwrZUPhHx_AzCMvLVcXzaFsIEIjIYP4VWDEvIPViWhXFrpQdxwRhyphenhyphenwzhBX-e77yb2V7YmH1UVBG1dlqWIaDrL0ELQUZlAq1iVZk3fTM9HahVztGpw6ckVS0E/s1600/tumblr_lqptktWDJ71qj1c27o1_500.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Esta situación ya ha conseguido
congelarme los pies, que ahora se afanan en busca de calor y se
retuercen el uno contra el otro sin efecto alguno. Ya no sueño
porque no duermo. El pum-pum de mi corazón ha usurpado el lugar de
la música y, acelerado, golpea para mantenerme despierto. Las
esquirlas se clavan en mi piel, el vaho empaña mi mirada y torna mis
ojos marrones en un azul inhumano. El frío ha entrado en mi cuerpo y
las palabras ya no son capaces de llevárselo. Las lágrimas ya no me
sientan bien porque se han quedado heladas en mis mejillas. Gritar ya
no podría, aunque quisiera; estoy afónico por mi propio frío. Odio
la situación, mi sentimiento de soledad, la melancolía y el dolor
que me mantiene con vida. Si vivir es esto, soy oficialmente un
muerto viviente. Tanto que me ha dado la vida y ahora no me deja ni
el calor de los sueños, que se desploman sobre el parqué empujados
por mis manos, que cansadas de esperar, en un arrebato de dolor, se
aferran a la única salida posible: reescribir la historia de nuevo.
Y helado en mi trono vacío, me enfrento a mi pasado y al que pudo
ser mi futuro y me pregunto qué cambió, ¿cuál fue el camino que
no vi? Borro con la erosión del hielo todo rastro de dolor, vuelvo a
ser un niño agazapado, desnudo, una <i>tábula rasa</i> preparada
para ser impregnada de vida y comenzar a experimentar de nuevo. Y aún
así parece que el dolor ya forma parte de mi alma, porque está en
lo que <i>fuí, soy </i><span style="font-style: normal;">y </span><i>seré,</i><span style="font-style: normal;">
reunido todo esto en un compendio de emociones y momentos.</span></div>
<div style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
Duele demasiado
cuando se siente adentro. Es horrible darse cuenta de que llevas toda
la vida a contracorriente y los demás te han dejado atrás.
Aterrador es darse cuenta de que desearías ser otro y ver la vida de
un modo menos emocional. Desear que las lágrimas no fueran una
constante en mi vida.</div>
<div style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-57411869934032097132011-12-12T00:12:00.001+01:002011-12-12T00:16:53.808+01:00Un día cualquiera, de un mes futuro, de un año por venir<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGtHSrO_PUsi1XEXwHYz7eIAwOsrM-5U9RPpDa2xqHqiWP7n7GXiVvfPiX439XFQHH_iVOPvKk0l-uu9z4Q581jB9aIE6Y2Vw6mmDIbiY0nmPVnO_A2vOWtRSYHd7ubzNj-gA1Ni2LaKA/s1600/tumblr_ll0o5kb6z31qje4vho1_500.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGtHSrO_PUsi1XEXwHYz7eIAwOsrM-5U9RPpDa2xqHqiWP7n7GXiVvfPiX439XFQHH_iVOPvKk0l-uu9z4Q581jB9aIE6Y2Vw6mmDIbiY0nmPVnO_A2vOWtRSYHd7ubzNj-gA1Ni2LaKA/s1600/tumblr_ll0o5kb6z31qje4vho1_500.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGtHSrO_PUsi1XEXwHYz7eIAwOsrM-5U9RPpDa2xqHqiWP7n7GXiVvfPiX439XFQHH_iVOPvKk0l-uu9z4Q581jB9aIE6Y2Vw6mmDIbiY0nmPVnO_A2vOWtRSYHd7ubzNj-gA1Ni2LaKA/s400/tumblr_ll0o5kb6z31qje4vho1_500.jpg" width="297" /></a></div>
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
12:22 pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Te has peinado con el flequillo hacia
arriba e imitas a James Dean, un poco mal diría yo. Me duele la
barriga de tanto reírme. </div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
12:20 pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Digo que ya no hay hombres como los de
antes, como Paul Newman o James Dean. Tú estás celoso de estrellas
inalcanzables y te acuestas de lado en la cama mirando para el otro
lado. Pero te digo que si no fuera por personas como tú, la gente no
se enamoraría jamás. Te levantas y vas hacia el baño riéndote.
Algo se te debe de haber ocurrido.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
12:15 pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
¿Cuánto tiempo llevamos hablando? La
barrera del espacio-tiempo se acaba de rendir a nuestros besos y
parece como si lleváramos tanto horas como apenas minutos tumbados
en esta cama; cuando ni siquiera puede que llevemos una sola hora. Tu
pelo está enmarañado de tanto que me gusta tocártelo. Me recuerdas
a James Dean, que cuelga sobre mi cama.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
11:00 pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Me tumbas en la enorme cama, agarrando
mi cabeza por la parte occipital para que el movimiento sea más
lento. Los músculos de tus brazos desnudos se marcan cuando
sostienes todo mi cuerpo en suspensión sobre las sábanas. Te tumbas
encima de mí y no dejas de besarme. Creo que muero de placer antes
siquiera de que me quites la ropa.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
10:43pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
El ascensor está estropeado, así que
me retas a una carrera por las escaleras. Quien llegue antes arriba,
hace la cena. Pero ambos sabemos que no habrá cena esta noche.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
08:03 pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Me llevas a estrenar tu regalo. Los
coches pasan a nuestro lado difuminándose debido a la velocidad de
tu moto y mezclándose con las luces de la ciudad. Vamos hacia las
afueras, como dejando atrás una civilización para unirnos a un
mundo de dos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
08:00 pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Ahí estás, con tu bufanda azul
alrededor del cuello y el brazo derecho metido en el hueco de la
pantalla de tu casco. Con ambas manos sostienes un paquete redondo,
envuelto de mala manera y a prisas. No me hace falta abrirlo para
saber que te mereces un beso, a pesar de que media calle nos esté
mirando.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
07:59 pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
El aire helado del invierno golpea mi
cara y en dos segundos ya tengo la nariz roja. Salgo de la
universidad, donde la calefacción debe estar a 25 grados como mínimo
y la diferencia de temperatura me hace estremecer. ¿O es la visión
del chico que está de pie apoyado en la pared de mi facultad, con la
cabeza encogida entre los hombros? Hay mucha gente que a esas horas
sale de la facultad y la calle está muy concurrida. Pero yo sólo
tengo ojos para ese chico: mi chico.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
06:09 pm</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Todavía me quedan por delante dos
horas de prácticas por sufrir, pero un mensaje a mi móvil me
recuerda que valdrá la pena el sufrimiento:</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
«T rcojo a la salida. Tngo una srprsa
xa ti ;) Bsoss»</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<b>22/11/11</b></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
12:21 am</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
No sé que hora es ni en qué momento
del día vivo. La lluvia golpea contra mi ventana, pero no es
relevante en absoluto. Miro mi reloj. Las manecillas giran hacia la
izquierda, marcando de cada vez un segundo menos. El tiempo se atrasa
y comienzo a sentir un dolor que ya creí haber superado. ¿Pero fue
en el futuro cuando lo conseguí? La lágrimas empañan mi visión y
no percibo que el reloj se acaba de parar. Los días se solapan y la
realidad se vuelve, durante un minuto exacto de mi reloj, en una
visión caleidoscópica. Me siento agotado.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
De repente, el reloj vuelve a funcionar
como de costumbre.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
12:22 am</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
El tiempo es relativo, siempre lo creí
así. Es simultaneo en realidad; en el ahora que nosotros percibimos
somos, seremos y fuimos. Mi casa está vacía y el ruido de las
pulsaciones en mi cabeza es atronador. Una sensación extraña
recorre mi cuerpo y veo sin ver con los ojos una serie de imágenes
que me recuerdan lo que acaba de pasar. Un reloj que gira, de hora en
hora, de fecha en fecha. Veo acontecimientos contados del revés. Un
futuro que está ocurriendo ahora, pero no en “mi ahora”. Un
chico que no conozco se ríe frente a alguien que se parece demasiado
a mí. Lleva el flequillo para arriba e imita a James Dean.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-73456664681139281782011-11-29T12:36:00.001+01:002011-11-29T12:43:46.001+01:00Por un ángel llamado Gabi<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvSdCgiObs7aTwWqq-iHGHNkQbBN6BLouWR-OiyeDMd5AzMu4EJeYZTE3PLBWVNOND07vztM24HyAoeSxTz6Im1muP8Pn7nCwGyJ8LWfFVroyC2_645t1poZIODR1o5JsBRl6ZQhv7sWk/s1600/triste.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvSdCgiObs7aTwWqq-iHGHNkQbBN6BLouWR-OiyeDMd5AzMu4EJeYZTE3PLBWVNOND07vztM24HyAoeSxTz6Im1muP8Pn7nCwGyJ8LWfFVroyC2_645t1poZIODR1o5JsBRl6ZQhv7sWk/s400/triste.JPG" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Se suponía que este día iba a ser
bueno, que las nubes no se interpondrían entre el sol y nuestros
ojos, que la piel sentiría el calor que éste irradiaba. Pero hasta
en los días bonitos ocurren desgracias. Aunque viéndolo desde un
punto de vista objetivo, totalmente opuesto a mí, podría decirse
que el cielo conmemora hoy la llegada de uno de sus ángeles a las
puertas de San Pedro. La Tierra hoy está de luto, amigo, pero el
cielo celebra tu llegada. A pesar de todo, a mí lo único que me
apetece hoy es llorar.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
¿Cuántas palabras habremos cruzado?
Creo que no las suficientes. Compartimos aquella mesa en la boda de
mi prima y a partir de ahí comprobé por mí mismo que lo que de ti
se decía era verdad. Se suele decir de los que nos dejan que eran
bellas personas, tú eres una caso a parte, porque llenabas con tu
luz, con tus ganas de vivir, a todo el que contigo hablaba. No fuiste
un amigo íntimo para mí, sino para mi familia. Te conozco por lo
que otros decían de ti, y cuando la opinión general es unánime
significa mucho... demasiado. Tus verdaderos amigos demostraron que
estaban ahí para todo (esa foto de grupo con la misma camiseta con
tu nombre todavía se fija a mi retina). Su fuerza es ahora la que
dibuja una sonrisa debajo de los nubarrones en los que nuestros ojos
se han convertido. La leucemia te ha llevado del lado de tus seres
queridos y nos ha privado al resto de la oportunidad de llegar a
conocerte mejor. Como dicen hoy todos tus amigos: “has sido un
amigo y ahora eres un ángel”.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
El resto, no somos nadie. Pero nos has
llegado, de un modo u otro. Las lágrimas de mis ojos ya te podrán
decir todo. No puedo, ni quiero, imaginarme el dolor que pueda
suponer perder a un amigo, o a un hijo. Pero al menos me siento
orgulloso de que alguien como tú en una ocasión me dedicara su
atención por un breve período de tiempo y me haya llevado a
sentirme así. Es por eso que un día como hoy sobran las palabras,
pero al igual que en secreto este mismo sábado mis amigas y yo lo
hicimos, ahora lo repito yo en solitario y alzo mi copa para realizar
un brindis silencioso que omite un: “por Gabi”.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5407251760496621486.post-53867103219843739262011-11-21T01:07:00.001+01:002011-11-21T21:50:58.386+01:00Conversaciones noctámbulas<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9H0LvcKZpMirlgKsqKuoACpgUi7h-z7LKmngLzrjA3RAyr5KYBR7gu3pfY86vrlAxdo2CMWwwmR0ou3rp41OlQwBzpP8XmfED5snnn2EHKZX1KwBLQONDG0SWVGQNJR91jmxXvPBMc4M/s1600/tumblr_lfy8r15gZu1qbhf7do1_500.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9H0LvcKZpMirlgKsqKuoACpgUi7h-z7LKmngLzrjA3RAyr5KYBR7gu3pfY86vrlAxdo2CMWwwmR0ou3rp41OlQwBzpP8XmfED5snnn2EHKZX1KwBLQONDG0SWVGQNJR91jmxXvPBMc4M/s1600/tumblr_lfy8r15gZu1qbhf7do1_500.png" /></a></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Anoche soñé que
estábamos en guerra y que yo era el arma más fuerte.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Él pareció no
comprender aquel giro tan brusco de la conversación. Juntó las
manos frente a la boca y se inclinó para preguntarme:</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-¿En qué sentido
eras el arma más fuerte?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Tenía poderes
-escuetamente contesté. Y como no le satisfizo, añadí-: Corría
entre soldados del bando opuesto y era capaz de matarlos de un
movimiento de la mano.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Avergonzado por
cuan extraño sonaba aquello al decirlo en voz alta me recogí
incómodo los pies con las manos, sin mirarlo, y simulé colocarme en
una posición más recta para mi espalda. Lo escuché rascarse la
barbilla poblada por una barba de tres días, notando su mirada
incipiente en mí.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-¿Y por qué lo
relacionas ahora con el tema del que estábamos hablando -se extrañó.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Estábamos
discutiendo sobre mi sentimiento de culpa -volví a mirarlo-, y a la
vez de miedo, ante la perspectiva de quedarme sólo. Tú hablabas de
que en la vida hay momentos en los que uno debe estar sólo para
conocerse a sí mismo, porque de esa forma puede evitar errores en un
futuro. Porque, según has dicho, conocerte a la perfección a ti
mismo hace más fácil el que otros te conozcan. -Hice una pausa para
limpiar el polvo invisible de mi pantalón-. Tú dices que es
necesario para una salud espiritual y mental, a la vez que te permite
estar en paz con uno mismo. También me has increpado sobre el hecho
de amar un imposible. -Su mirada era firme y aceptaba todo lo que yo
le decía, pues era un resumen perfecto de la conversación-. Aunque
a veces otra persona puede ayudarte a conocer partes de ti que sólo
no tendrías la oportunidad de hallar.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Asintió
firmemente y su dentadura perfectamente alineada se pudo ver por la
comisura de su boca cuando sonrió de lado, como solía hacer cuando
se sentía divertido.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Si yo no digo que
no, tan solo que muchos de los problemas que tienen las parejas es
por las propias inseguridades y los miedos individuales de uno... o
de ambos, según se mire, pero nunca compartidos.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Ya, pero es muy
utópico pretender que las personas comiencen una relación sin miedo
alguno, porque entonces todo sería un camino de rosas -le dije,
rotundo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Tenía ambas manos
apoyadas sobre las rodillas y se sentaba con la espalda curvada hacia
delante. Sus ojos se clavaban en los míos, manteniendo la conexión
durante la conversación. Sólo cuando él hablaba se permitía
separarlos un poco y mirar al vacío, como si las palabras estuviesen
escritas en las paredes de mi habitación.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Pero no entiendo
que tiene que ver todo esto con tu sueño. Me tienes desconcertado.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Me reí y volví a
estirar las piernas, otra vez nervioso.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Pues que aunque
sea un orgulloso y posea mi propio criterio, creo en el fondo que
tienes razón -apuré a decir.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Haberlo dicho tan
rápido fue incluso liberador. Me sentí aún más aliviado cuando me
sonrió, achinando bastante los ojos, y se acercó más a mí para
sentarse a un palmo de mis piernas.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Explícate, por
favor. ¿Qué te ha hecho recordar ese sueño?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-El deber
-contesté-. En el sueño me sentía desatado, con un poder
desmesurado que liberaba fuera de mí cada vez que me encontraba con
un enemigo ataviado de camuflaje. Sabes que siempre me gustó la
magia y la fantasía, pero en este sueño estaba incómodo conmigo
mismo. Me sentía solo. No era capaz de parar de derribar oponentes
porque era mi deber hacerlo. Sólo estaba yo en aquella ciudad de
arena y piedra enfrentándome a algo que me superaba, algo más
grande que yo. Y por más que quisiera echar a volar lejos, que podía
hacerlo, era incapaz porque una fuerza me arrastraba allá: al deber.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
No frunció el
ceño ante mis palabras, pero sí que entornó la mirada. Él sentado
en el medio de la cama, yo en el cabecero con las piernas estiradas a
un lado. Era una situación incómoda y a la vez gratificante, porque
él estaba allí. Un sentimiento con doble filo, que hería, pero que
por otro lado era suave como la seda. Y él estaba comprendiendo la
maraña de pensamientos que era incapaz de verter en palabras desde
mi cabeza hacia él, como si el mirarme a los ojos fuera suficiente
como para meterse dentro de mi cabeza y contemplar el desorden.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-¿Así te
sientes? -me preguntó-. ¿Por eso crees que debas estar sólo ahora?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Yo asentí.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Pero, ¿el deber
para con qué, para con quién? -se interesó.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Conmigo. Sólo
para conmigo, porque creo que debo dejar de forzar las cosas para que
fluyan. Lo que tengo que hacer es dedicarme sólo a mí.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Estiró la mano
hacia la mía, pero no llegó a tocármela. Mirando nuestras manos
separadas, dijo:</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Eso puede serte
peligroso, porque te puede llevar a sentirte aún más solo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Alzó la mirada de
nuevo. Crucé los brazos sobre mi pecho como si me estuviese
preparando para otro golpe de su inmensa razón.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-El deber es
importante -continuó-, sobre todo si es por ti mismo. Y mantener las
promesas que a uno se ha hecho lo es más. Pero si te rindes en tu
búsqueda nunca podrás encontrar el amor.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Aquellas palabras
saliendo de su boca hicieron hervir en mi interior una necesidad loca
por abalanzarme sobre él y abrazarlo, porque era lo que necesitaba.
Pero sabía que no podía hacerlo porque en su lugar encontraría aire.
Entonces no me quedaba otra opción que sincerarme.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-No -lo corté
antes de que siguiese por esos derroteros-, nunca podré encontrarTE.
-Sus ojos azules refulgieron de sorpresa cuando formulé aquella
aclaración-. Porque aunque puede que esta conversación no esté
teniendo lugar más que en mi propia cabeza, no quiere decir que
algún día me llegue a rendir. Porque mi deber es encontrarte; no
hay otro. Y si yo renuncio a estar con cualquier otra persona ahora
es porque quiero dedicarme a mí, pero sólo para que cuando te
encuentre, que es posible que no lo consiga, ambos estemos preparados para amarnos. Por
eso que creo que tenías razón con tu reflexión inicial.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Durante un rato
sólo me miró, sin mover su mano frente a la mía, sin llegar a
tocarme porque no podría hacerlo.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
-Es un sentimiento
muy bonito -afirmó-, y no me sorprende viniendo de ti. Pero, ¿no
crees que la causa de ese sueño, de tu gran responsabilidad, pueda
venir de otro lado? ¿Y si hay algo más que te preocupa pero que no
tienes el valor de admitir?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
Y ahí estaba de
nuevo la aplastante verdad de su juicio. </div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.24cm;">
<br /></div>Pablo Beceirohttp://www.blogger.com/profile/06212323858473514497noreply@blogger.com5