Paris Je T'aime |
Veo los dedos luminosos que el sol cuela entre las nubes y pienso que ahí está la mano de Dios. Desearía que me tocaran en esta tarde tan llena de pensamientos contradictorios y aportase un poco de lucidez a mi cabeza.
Mis ojos comenzaron a llorarme sin motivo hará una media hora. Comenzó con un picor leve, pero que luego provocó que mis mejillas se mojasen con surcos de lágrimas. Mi mente adormilada tuvo la genial idea de sorprenderme pensando que él estaría llorando en aquél mismo momento, por eso yo también lloraba. Es como la física cuántica, un electrón que puede estar en dos lugares a la vez, solo que en este caso es un alma que está en dos cuerpos diferentes. O eso es lo que pensé entonces. Pero ya digo, como en muchas otras ocasiones, incluso a mí me sorprendió el haberlo pensado.
Hay un sentimiento que no cede a la razón, y es el de que él me falta para completarme. Y lo percibo, a veces cuando me quedo ensimismado puedo sentirlo dentro de mí, por todo mi cuerpo, como si llenase cada pedacito de carne. ¡Parece de locos!, pero él está unido a mí de algún modo. Y sé que físicamente no está cerca, la distancia es algo que ya tengo superado, pero también creo, y esto es lo peor de todo porque me genera un miedo atroz, que aunque lo tuviera delante de mis narices no sabría reconocerlo. La experiencia ha creado una nebulosa frente a mis ojos que me impide ver más allá de mi propia idea que de él tengo. Aunque, bien puede ser que se trate sólo de un miedo sin sentido, como todo buen ser humano posee (desgraciadamente).
Aunque en contraposición, quizá sea así como todo tiene que ir en mi vida, son estos los caminos que tengo que tomar y los errores que cometer para seguir llorando y crear más nubes frente a mis ojos. Quizás es así como llegado el momento, me halle preparado para recibirlo a mi vida sin sentir dolor por su perfecta fusión conmigo, pues hasta lo bonito puede dañar. Sino que se lo digan al sol, o mejor, a nuestros ojos cuando lo observan. Observar todo su poder nos daña la vista. Sin embargo, el sol visto entre las nubes es blanco y no daña...