miércoles, 16 de marzo de 2011

El final del pasaje



Será porque la casa está en silencio. Quizá la culpa la tenga el cansancio, que no suele llegar antes de las tres. O puede que mis pensamientos tomen consciencia en cuanto las sábanas tapan mi cuerpo hasta la boca y mi cabeza se ladea sobre la almohada. El caso es que mis ojos no quieren cerrarse, y yo tengo clase mañana a las nueve...

Hoy no he ido con la cabeza muy alta al caminar. Se me ha caído la cortina encima dos veces porque el riel estaba suelto cuando limpiaba el salón. No, mi sonrisa hoy no ha tenido uso. Y todo puede ser porque le he dado mil vueltas durante todo el día al sueño de la noche anterior, y a la canción. Aquel en el que en un bar un grupo de personas que no conozco de la vida real cantaban una canción que yo mismo había escogido, como si mandase sobre ellos. Tu pelo rubio y yo en la barra, contemplábamos aquel espectáculo. Antes de que terminaran de cantar, te volvías hacia mí con esos ojos azules, me decías que ya no podías más y me besabas, sí, y no ha habido beso más deseado en toda mi vida, ni despierto ni soñando. Parece que los sueños se están volviendo una segunda parte de mi vida. Puede que sea yo el que descubra un nuevo síndrome, el de la segunda vida en sueños... ¡yo qué sé! Luego tu novia se acercaba a nosotros y comenzaba a cantar “Everybody Hurts” de REM, dándonos a entender qué, ¿que no le importaba...? Al despertarme me dije: «¡joder!, mis sueños se están volviendo más extraños cada noche».

Lo bueno de todo este sueño, porque el resto ha sido pura demencia, es que él ya no está ahí. Antes podía haber pasado de largo delante de nosotros en él y saludar, o mismo ser el chico rubio, osea, tú. Pero ahora ya no está. Es como ese dolor de cabeza que te asalta al comienzo de la noche y no te deja dormir. Soy un experto en jaquecas, así que sé de qué hablo. Cuando al fin remite y tu cerebro se va dejando llevar por el cansancio puede que ya sean las cuatro de la mañana, pero no importa, porque el dolor de cabeza ya no está y la sensación de alivio es increíble. Eso era para mí su recuerdo, un dolor de cabeza. Pero escribir es mi analgésico, mi marca de Ibuprofeno, el modo en que he podido aliviar la inflamación con palabras. Ya no está ahí, y será tarde y no podré dormirme, pero hay tranquilidad en mi corazón porque sé que no va a volver a entrar en ningún otro sueño que yo tenga. Se terminó la jaqueca.

No te conozco, chico rubio del sueño (y menos a tu novia). La verdad, nunca me han llamado la atención los rubios. Pero para ti está abierta la puerta de mi casa. No tendría reparo alguno en que ocupases un lugar en mi vida , ese que ha quedado vacío. Pero debo advertirte, porque sería un canalla si te mintiera, de que soy un soñador. Tendrías que aprender a vivir dos vidas a la vez, pero eso sí, siempre conmigo.

Anoche la tormenta me arrullaba con sus lágrimas en mi ventana. Hoy la casa está en silencio. Puede que por eso hoy me cueste más dormirme, me falta el ruido que acalle mis pensamientos. Pero no importa, porque estos ya no están dedicados a él. Por fin puedo afirmar que he sobrevivido a un naufragio emocional. Hay fuerzas para comenzar y camino nuevo en la playa en la que he quedado varado. Todo está en silencio, no hay ruido. Pero tampoco jaqueca. Se terminó. He caminado por “el pasaje” hacia el olvido y he llegado al final, donde hay luz dorada que cae en forma de cabellos. Y no pienso mirar atrás.

7 comentarios:

  1. Me alegro de que tus jaquecas se vayan disipando. A veces los sueños nos lían y nos hacen reflexionar o sentirnos confusos. Por cierto, yo también paso a veces por eso de que el cansancio no llegue hasta las tres... buff, paradójicamente es agotador, hace que delire. Por cierto, que buenas bandas sonoras tienen tus sueños :)

    ResponderEliminar
  2. Uno no cree en los ángeles hasta que un buen día aparecen. Es difícil no perder la esperanza, bien porque la falta de creencia, bien por que cueste creer que haya otro ángel que sustituya a uno caído. Me alegro de que lo hayas conseguido.

    Un saludo!!

    ResponderEliminar
  3. Bueno, al menos ya no parece él. Me ha encantado esta entrada, me gusta como te expresas.

    Un saludo y suerte~

    ResponderEliminar
  4. Es bueno que nos besen,aunque sea en sueños Pablo.
    Ahora que has llegado al final de una etapa,compra otro pasaje hacia otro lugar.Escapate de nuevo y no dejes de soñar.Sigue viajando por el mundo de los sueños hasta que encuentres una realidad que merezca la pena.
    abrazo fuerte!!!!

    ResponderEliminar
  5. Viktor: Considero que el dormirme tarde es una especie de maldición, porque cuando mejor duermo es por la mañana, y me tengo que levantar para ir a clase :S Lo de la banda sonora, eso es porque escucho buena música jajaja


    Daniel: He encontrado respuestas, que no es moco de pavo. Y en cuanto al ángel que tú dices, a veces está más cerca de lo que creemos.


    Shinrei: No, ya no aparece. Es una verdadera liberación. Pero soy muy débil, me pregunto hasta cuando se mantendrá así la cosa y él vuelva a mis sueños :S


    Manuel: Y tan bueno que es, te deja la misma sensación que si fuese real, aunque dura menos tiempo la alegría :P Sí, seguiré luchando, aunque cueste.


    Gracias a todos!
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  6. Te he dejado un premio en mi blog ;)

    Nos leemos!

    Matt Rawr!

    ResponderEliminar

Puedes dejar tu opinión: