domingo, 14 de agosto de 2011

BSO (3)

HOMETOWN GLORY
(ADELE)




No es un piano lo que mis dedos aporrean, sino las letras que dan forma a mis palabras. No es mi voz la que canta, sino la que se desgarra en un llanto ahogado. Ya no son esos ojos marrones por los que mi corazón se altera, éste ahora sueña con unos del color del cielo. Por momentos siento que demasiadas cosas están cambiando, que mi vida ha dado un giro de 180º para volverse en mi contra. Me siento desnudo caminando sin rumbo. Sin una meta clara, camino por un bosque con espesa niebla y rodeado de ruidos que me aterran, mezcla de animales y viento entre las hojas. Y estoy desprotegido. Sólo cuando logro apaciguar mi corazón y frenar el dolor que me presiona en el pecho, soy capaz de dormir. Y es entonces cuando ya no tengo miedo, cuando mi pueblo no es un lugar asfixiante, cuando puedo decir que me he quedado tranquilamente detenido para observar mi alrededor y no estoy perdido, tan sólo me pregunto a mí mismo. Y la pregunta común es: ¿qué sería de mí sin miedo? Y sueño con esos ojos. Sueño que los tengo cerca y no me siento indigno de su cuidado. ¡Oh, sí! Entonces con su cariño soy capaz de todo. Y lo importante es que no me siento solo, en absoluto...


4 comentarios:

  1. me detengo para observarte
    siempre hay prisas
    siempre lo dejamos todo a medias
    aunque tus letras consigen que preste la atencion necesaria. esa que descubre tu interior desde tus palabras. esa que enseña tu alma. tu alma Pablo en tus letras. quiza nosotros, los que andamos por estos sitios tan lejanos te conozcamos mas que la gente mas cercana que te rodea.

    pasalo bien amigo
    SALUDOS Y ABRAZOSSSSSSSSS!!!

    ResponderEliminar
  2. SANTÔKA

    Resbalo… y caigo.
    Todo en la montaña
    sigue su curso

    ResponderEliminar
  3. Gracias a los dos!

    Luis Fernando: Me gusta ese poeta, mucho.

    Manuel: Por mucha prisa que tengas siempre te detienes, y eso cuenta mucho.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Estando acompañado es más fácil vencer el miedo. Quizá siempre actuamos por miedo, porque si estamos acompañados es por miedo a no quedarnos solos. Nos gusta creernos independientes, pero sólo si nos damos cuenta de que somos vulnerables conseguimos una parcela de propiedad.

    Besos.

    ResponderEliminar

Puedes dejar tu opinión: