martes, 29 de noviembre de 2011

Por un ángel llamado Gabi




Se suponía que este día iba a ser bueno, que las nubes no se interpondrían entre el sol y nuestros ojos, que la piel sentiría el calor que éste irradiaba. Pero hasta en los días bonitos ocurren desgracias. Aunque viéndolo desde un punto de vista objetivo, totalmente opuesto a mí, podría decirse que el cielo conmemora hoy la llegada de uno de sus ángeles a las puertas de San Pedro. La Tierra hoy está de luto, amigo, pero el cielo celebra tu llegada. A pesar de todo, a mí lo único que me apetece hoy es llorar.

¿Cuántas palabras habremos cruzado? Creo que no las suficientes. Compartimos aquella mesa en la boda de mi prima y a partir de ahí comprobé por mí mismo que lo que de ti se decía era verdad. Se suele decir de los que nos dejan que eran bellas personas, tú eres una caso a parte, porque llenabas con tu luz, con tus ganas de vivir, a todo el que contigo hablaba. No fuiste un amigo íntimo para mí, sino para mi familia. Te conozco por lo que otros decían de ti, y cuando la opinión general es unánime significa mucho... demasiado. Tus verdaderos amigos demostraron que estaban ahí para todo (esa foto de grupo con la misma camiseta con tu nombre todavía se fija a mi retina). Su fuerza es ahora la que dibuja una sonrisa debajo de los nubarrones en los que nuestros ojos se han convertido. La leucemia te ha llevado del lado de tus seres queridos y nos ha privado al resto de la oportunidad de llegar a conocerte mejor. Como dicen hoy todos tus amigos: “has sido un amigo y ahora eres un ángel”.

El resto, no somos nadie. Pero nos has llegado, de un modo u otro. Las lágrimas de mis ojos ya te podrán decir todo. No puedo, ni quiero, imaginarme el dolor que pueda suponer perder a un amigo, o a un hijo. Pero al menos me siento orgulloso de que alguien como tú en una ocasión me dedicara su atención por un breve período de tiempo y me haya llevado a sentirme así. Es por eso que un día como hoy sobran las palabras, pero al igual que en secreto este mismo sábado mis amigas y yo lo hicimos, ahora lo repito yo en solitario y alzo mi copa para realizar un brindis silencioso que omite un: “por Gabi”.


3 comentarios:

  1. con tus palabras nos has hecho acercarnos al alma de este chico.desde aquí mi pésame.

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  2. Sencillamente hermoso y a la vez triste. Se me ha hecho un nudo en la garganta...

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