viernes, 28 de enero de 2011

«Hola, pequeño»



A veces creo que puedo volar, y eso me hace tomar demasiados riesgos. Me creo capaz de cualquier cosa y me lanzo al vacío sin pensar. Es por eso que ahora estoy aquí tirado. El suelo es frío, pero alivia la hinchazón de mis ojos tras tantas horas llorando. No me apetece levantarme. Me he caído esta vez y ya no me quedan más fuerzas para mirar de nuevo el cielo en el que otros vuelan. Estoy solo, y cuando me encuentren aquí no hallarán un ave caída a la que enterrar, sino los restos de un alma al que han privado de libertad.


Desperté en este nuevo año con la vida dada la vuelta. Secretos del pasado terminaron por matar mi integridad. Todo lo poco que tenía se lo llevó una caprichosa realidad. En ese momento, dejé de lado la magia y perdí toda esperanza de salir del hoyo en el que estaba metido, sumergiéndome aún más en la pena. Lo poco que sabía del amor lo tuve que olvidar, obligándome a mí mismo a aceptar que la persona que habita en mis sueños no puede ser real. Él solo es la imagen mejorada de un amigo del pasado. Cambiarán el color de sus ojos, su nombre y sus capacidades. Incluso será capaz de amarme. Pero no existe, no es más que un invento de mi yo durmiente, avivado por la necesidad que durante tanto tiempo he tenido de encontrar alguien que de verdad me haga sentir vivo, libre... enamorado. Una vez sentí algo parecido, y eso es lo que, multiplicado por mi imaginación, tiene como resultado al muchacho de ojos azules cuyo nombre he decidido que comienza por J. Un invento para escribir mi historia, o mejor dicho, la historia que preferiría que fuese mi vida.
Creí que podría volar, pero lo único que ha ocurrido es que me he dado de bruces contra la realidad que me ha tocado vivir. Ahora ya no hay nadie que me diga «hola, pequeño», sino el batir de las alas de las demás aves mientras sobrevuelan el lugar en el que me he caído por soñar demasiado.

3 comentarios:

  1. Los tropiezos muchas veces dotan de sentido el camino. Caerse para levantarse, una y otra vez, hasta que al final, con la práctica, acabas no cayendo, acabas aprendiendo a mantenerte en pie. Soñar tiene un inconveniente: hace que quieras cumplir tus sueños y que desees que no sean más que eso, simples sueños. Si luchas por ellos puede que se acaben cumpliendo. Además, al igual que tu sueñas otros también lo hacen. Nunca des nada por perdido y confía en tus fuerzas para desafiar al destino ;)

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  2. Por cierto, que se me olvidaba. Yo sé lo que es tener secretos mata-integridad y que te cambien la vida, que la gente te mire diferente, que llegues a plantearte incluso qué vida quieres llevar o cómo eres realmente, y no cómo te ves obligado a ser. Pero al final la gente que de verdad es persona acaba aceptando ciertas cosas y te acaba aceptando tal y como eres, con lo bueno y con lo malo. Al fin y al cabo todos somos humanos.

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  3. Hay secretos que llegan a matar. No se trata de lo que es uno, sino de lo que hayan hecho otros. Pero bueno, como tú más o menos has dicho, todo al final se reduce a quién quieres y quién te quiere a ti.
    Gracias por pasarte!!
    ;)

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